Lunes 28 de Enero de 1952

El Imparcial

DON MANUEL Y. LOAIZA, HOMBRE EXCEPCIONAL, FALLECIÓ AYER

Ha muerto un hombre excepcional: Don Manuel Y. Loaiza. Este ciudadano distinguido dejó de existir en Nogales, Sonora a las 13 horas del día 26 del presente mes, recibiendo cristiana sepultura al día siguiente en el cementerio de Nogales Arizona. Su fallecimiento, sensible por todos conceptos, ha causado profunda consternación en todo el Estado. Caballero intachable, esposo amantísimo y padre extraordinariamente ejemplar, se conquistó al través de su larga vida el cariño de todos los sonorenses. En la vida privada, en la vida pública, en el mundo de los negocios, fue Don Manuel una figura de gran relieve. Con su muerte se ha cerrado, seguramente, una página brillante de la historia de Sonora; pero al mismo tiempo, se ha abierto para la posteridad un nombre y una tradición. La salud de Don Manuel había venido a menos durante los últimos años, mal que se recrudeció hace pocos meses debido a su avanzada edad, ocurriendo al fin el deceso a la hora y día mencionados, rodeados de sus hijos y otros familiares. Pasada la primera impresión se levantó la capilla ardiente en la Quinta Armida de Nogales Sonora, donde vivió los últimos años. Muchas ofrendas florales, muchos amigos de Hermosillo, Guaymas, Ciudad Obregón y otros lugares hicieron a Nogales viaje urgente, a fin de estar presentes en los funerales del gran ciudadano y del gran amigo, los cuales constituyeron toda una demostración de duelo. Ayer domingo, a las 11 horas, se verificaron misas solemnes cantadas tanto en la Iglesia de Nogales Sonora como en la Catedral de esta Capital. La primera fue de cuerpo presente.  Don Manuel Y. Loaiza cumplió 90 años el día 14 del presente mes; en consecuencia, nació en el año de 1862. Vio la luz por vez primera en Ures de donde también eran originarios sus padres Don Ignacio Loaiza y Doña Leocadia Carrillo de Loaiza. Fueron sus hermanos Antonia Loaiza de Alatorre, Armida loaiza de Howard, Guadalupe L. De Martínez, Sara Loaiza de Torres y Filomeno Loaiza, todos finados. Don Manuel quedó huérfano de padre y madre siendo aún muy joven, decidiendo irse a San Francisco al lado de su tío Don Wenceslao Loaiza a cuyo amparo recibió una brillante educación e instrucción. Don Manuel comenzó a trabajar  precisamente en el negocio de su tío Don Wenceslao, y sintiendo deseos  de volver a su Estado natal, vino a radicarse a Hermosillo como socio de su hermano Filomeno, propietario en aquel entonces de una fuerte casa comercial importadora, la que hacía ventas al mayoreo y menudeo. Antes de venirse de San Francisco a Hermosillo, contrajo matrimonio en aquella urbe hace como 60 años con la señorita Armida Alatorre, dama que falleció en 1948, naciendo de dicho matrimonio  sus hijos Enrique, René y Armida, el primero finado y los dos últimos residentes de Nogales Sonora, casada la última con Don Ignacio P. Gaxiola. Como hombre público tuvo también una actuación muy relevante, pues fue Presidente Municipal de Hermosillo  de septiembre de 1903 a septiembre de 1904. Después de la revolución de 1910, se disolvió la sociedad de Don Filomeno y Don Manuel, estableciéndose este último por sucuenta con la representación de la importante firma John Deere, haciéndose cargo igualmente de la agencia de los automóviles Chevrolet. No hace muchos años liquidó sus negocios para retirarse a la vida privada, después de una brillante actuación en el mundo comercial. La representación de la John Deere la vendió a Wells Fargo & Co, SA, en 1941. Como decimos al principio de esta nota: creemos que ha muerto un hombre excepcional, y al bajar a la tumba deja tras de sí un enorme vacío y escrita con letras de oro una vida ejemplar.