Jueves 01 de febrero de 1945

ESCUELA HERIBERTO AJA

¡Escuela "Heriberto Aja", yo te saludo! Te saludo, porque eres la primera en recibir el agua del bautismo hecha entusiasmo en este día; te saludo, porque abres tus puertas a una generación que encontrará bajo tu pecho las nuevas rutas abiertas hacia un mañana lleno de promesas; te saludo también porque en tí encontró el actual Gobernador de Sonora Gral. Rodríguez, la mejor forma de rendir un homenaje merecido a la labor tesonera y continuada durante 40 años de un maestro que ha sabido serlo; por último, te saludo porque tus muros se engalanan con las seis sílabas del nombre de Heriberto Aja, que es querido en Sonora porque ha sabido sembrar enseñanzas y afectos en los corazones y en las mentes de muchas generaciones. Heriberto Aja: Amigo, maestro, ciudadano. El nombre se detiene en los labios con lentitud de caricia, y florece en la mente bajo la vara mágica de las evocaciones. Cuarenta años de vida en el solar marcados en la disciplina del sonorense; cuarenta años en el deber, florecidos en hombres y mujeres que supieron cosechar en los surcos la enseñanza brindada por la mente y la palabra ejemplar del maestro Aja; son una trayectoria luminosa en la que hay cariños y gratitud y afectos arraigados fuertemente, y que en este día, para satisfacción del maestro, llegan de todas partes jóvenes y viejos, como marejada vigorosa, a rendir homenaje y pleitesía al viejo luchador que hizo de la perseverancia ariete, y del deber, palanca para mover incomprensiones y obstáculos. Heriberto Aja... maestro... yo que no siento envidia de los oropeles ni de la fortuna que se cotiza en pesos, casi siento esa envidia ante ese balance de cariño que ahora podemos apreciar. Maestro de generaciones: sumas en tu haber el efecto de padres y de hijos y tu nombre es como el título de un largo capítulo en la historia educativa de Sonora, de un capítulo que ha durado cuarenta años para escribirse y en el que son personajes muchos centenares de hombres y mujeres de Sonora. Maestro Aja, tu nombre es como una parábola de cariño puesta en las mentes y en los labios de la juventud sonorense; tu no naciste en Sonora, pero tienes todo el arraigo y el cariño que Sonora brinda a los que nacidos fuera de nuestros lares, han sabido sembrar en nuestras tierras la semilla milagrosa del saber; Sonora te quiere Maestro Aja, porque has sido misionero y apóstol de la educación, porque has convivido durante casi medio siglo con nuestras gentes; has ahondado en nuestros dolores y has contado con nuestras alegrías, y has dado el pan y la sal de la amistad a los que han llegado hasta tí durante cuarenta ños como en una caravana interminable. Ahora Maestro, de todos los rumbos de Sonora acuden al llamado de tus discípulos de hoy que se han unido a los de ayer, eslabonados por el cariño y por la gratitud a cumplir con la vieja y hermosa máxima de hacer honor a quien honor merece. Y esta escuela que lleva tu nombre, esta escuela que se levanta como un índice señalando el porvenir, es el mejor galardón, el homenaje mejor que el Gral. Rodríguez pudo encontrar para honrar tu labor. Por todo el bien que has derramado en tu larga carrera de maestro, por todo lo que para Sonora has hecho en cuarenta años de enseñanza; por el ejemplo de tu vida fructífera, de tu constante en bien de la niñez, por esa vida tuya que nos has dado poco a poco en palabras y en ejemplos de fe; por todo lo que tus discípulos sienten sin decirlo, yo, Maestro Aja, en nombre de las juventudes de ayer y de las de hoy ¡te bendigo y te saludo!.