Jueves 03 de Febrero de 1949

HERMOSILLO, UN GRAN CENTRO CULTURAL (Por Aída Lerma)

Una revista de la capital mexicana nos trajo las impresiones de un famoso crítico musical, O. Mayer Serra, que acompañó en su gira a la Sinfónica de Xalapa y que él titula: "Hermosillo, Nuevo Centro Cultural", y dice,: "La capital de Sonora con sus imponentes edificios, su movimiento bullicioso y su limpieza ejemplar es una muestra más de las enormes posibilidades de la provincia...". Después de hablar del gran interés que el Profr. Manuel Quiroz Martínez, Rector de la Universidad tiene por la cultura en general y por el arte musical en particular, y de la labor educativa de la eminente compositora española Emiliana de Zubeldía, dice: "También en los principales círculos sociales hallamos una vigorosa ambición de cimentar y fomentar la cultura musical en esa capital..". El otro día un amigo nuestro trajo para que oyéramos los nuevos discos de música bailable y entre ellos me encontré el Bolero de Ravel y los Aires Gitanos de Sarasate, y al darse cuenta de ello me dijo: "Esa música la oí en la Parcela y me gustó mucho; cuando fui a comprarla a la Mueblería me enseñaron otros discos que volveré a comprarlos". A medida que se desarrolla la aptitud para escuchar la buena música, va formándose un gusto natural que solo se satisface con la buena música. Para familiarizarse con el arte musical, cuentan que Beethoven, al igual que Haydn, se vio obligado a fiar exclusivamente en su instinto artístico. Aquí el público prefiere las películas musicales; apenas se anuncia una cinta basada en la vida de Brahms y de Schumann y ya se nota en todas partes la impaciencia por verla. He oído esta mañana como un niño mientras se arreglaba para irse a la Escuela silbaba la Danza Ritual del Fuego. Cualquiera de estas tardes en la Universidad van llegando los alumnos al Salón de Actos, asisten a su clase de música con la Srita. De Zubeldía, se sientan alrededor de ella; en el piano se escucha una melodía china y Emiliana continúa su clase contando leyendas del Lejano Oriente que se relacionan con los instrumentos y la música china o japonesa, y así irá presentando durante un año, unas veces ayudada por el piano, el panorama de la música universal. Después de esta hora vendrá la clase de Armonía o el ensayo de los Conjuntos Corales que ella dirige. Así colabora la UniSon en la educación musical. Si todo lo anterior halaga y entusiasma, es muy agradable saber que una joven hermosillense, hija de Sonora y nieta de Francia, de gran belleza y refinamiento, ha conquistado un lugar envidiable en el campo del arte musical. Se dice esto con orgullo porque no puede uno dejar de sentirlo al ver a una joven, que al lado de su culta y distinguida mamá primero, y después en la Escuela Superior de Música, hacerse notable por su talento pianístico; me refiero a la Srita. Leonor Montijo Béraud; la última vez que la escuché fue en una reunón del Grupo en casa del Profr. Aja, durante la cual nos deleitó con ese estilo brillante e impetuoso, dulce y vibrante. Después supimos que había vuelto de Guadalajara y hace unas semanas se graduó como Maestra de Piano obteniendo con su recital de presentación un éxito rotundo ejecutando música de Beethoven, Chopin y Schuman, ante un público tan exigente como el de la capital tapatía. Sus maestros le auguran una gran carrera musical, un porvenir brillante y lleno de promesas. Con este triunfo a su favor tocará esta semana en el Teatro Sonora en su recital Pro Damnificados del Mayo. Hay en Leonor la gracia de la juventud y el encanto del talento; no solo posee la satisfacción de éxito ante otros públicos, sino que ha obtenido valiosas experiencias oyendo tocar a pianistas tan famosos como Claudio Arrau y Angélica Morales. Nuestra virtuosa del piano vuelve aquí habiendo ganado en estatura musical, estilo y técnica. Hay a veces sentimientos nuevos que resulta en vano tratar de analizarlos; hay veces que uno no puede limitarse a leer, oír y admirar; por eso, al calor de mi entusiasmo, púseme a escribir estas líneas.