Viernes 25 de febrero de 1949

LA LUCHA CONTRA LA TUBERCULOSIS

En estos días se están verificando en México las sesiones del VIII Congreso Panamericano de Tuberculosis en el Instituto Nacional de Cardiología. Hombres de distintos países de nuestro Continente, que han dedicado a la ciencia su saber, están aportando conocimientos en este tema; y se está haciendo un balance y compilación de los métodos para curar este terrible mal. Queremos ocuparnos del problema de la tuberculosis en nuestro país. Uno de los médicos mexicanos ha propuesto en el citado Congreso, que para luchar con eficiacia en nuestra Patria en contra de la temible "Peste Blanca", debe haber por lo menos diez mil camas en los hospitales especialmente para tuberculosos. Este dato basado en quién sabe cuáles estadísticas, da una idea del número de enfermos de tuberculosis que hay en el país. Por que diez mil camas deben ser solamente para aquellos tuberculosos que necesitan atenciones dentro de un establecimiento apropiado, que si nos ponemos a contar los tuberculosos ambulantes que no necesitan estar encamados, de seguro se quintuplicaría el número de enfermos. Pero lo que más importa a los mexicanos es prevenir el contagio. En un medio tan contaminado con el microbio de la tuberculosis, de seguro que las medidas para preverse del mal deben ser exageradas y deben ser sabidas por todos los mexicanos. Así es que una campaña de cultura emprendida obligatoriamente por autoridades sanitarias y por los médicos en general, sería una gran ayuda y un buen principio. La vacunación en contra de la tuberculosis por medio de la tuberculina, es otro de los elementos con que se cuenta ahora aunque no seguramente para prevenir el mal. Ya hemos visto por la prensa de casos de defunción de niños en algunos lugares del país a quienes en las escuelas se les aplicó la tuberculina tal vez mal preparada, pero no deja de ser un valioso recurso sobre todo para diagnosticar el mal esta aplicación de tuberculina; es muy ventajoso el que se conozca el mal a tiempo durante el primer período porque entonces es fácilmente curable la tuberculosis. Para darse cuenta de la curabilidad de este mal en período que no está avanzado, basta decir que casi el 80 o 90 por ciento de los habitantes de una ciudad han estado o están tuberculosos y de cuya enfermedad no se dieron cuenta o no se dan en la actualidad. Durante las autopsias que se han hecho a los muertos en accidentes y que nunca se supuso que tuvieran tuberculosis, se han encontrado lesiones ya curadas de este mal en sus pulmones. Y estas personas nunca se hicieron remedios para la tuberculosis. Lo que indica lo fácil de curar esta infección en los primeros períodos del mal. Por eso si se hace el diagóstico a tiempo, de seguro que la inmensa mayoría de las personas sanaría de este mal y poco a poco se iría extinguiendo. Las medidas que se están tomando, basadas en el catastro torácico, deben ser apoyadas y aceptadas por todo mundo. Ver el pulmón de cada quien con los Rayos X puede dar origen a conocer a tiempo una enfermedad pulmonar en vías de ser curable fácilmente. Sin este procedimiento pasaría inadvertido el mal y los avances de él serían sin obstáculo, porque se desconocía su existencia. Más hay un punto importante en el origen de la tuberculosis: la mala alimentación y las malas viviendas. Las personas mal nutridas son las más propensas al contagio. Y bien sabemos que la alimentación en México es de las más pobres y poco nutritivas. Por eso ha hecho tantos progresos el mal de la tuberculosis entre nosotros. Mientras no mejoremos la alimentación del pueblo mexicano, tendremos la amenaza de que aumente el mal; mientras no se dote a la mayoría del pueblo de viviendas higiénicas con habitaciones bien ventiladas y asoleadas; mientras no se aumente la vegetación en el país formando bosques en los campos y haciendo jardines en las ciudades, la tuberculosis seguirá haciendo muchas víctimas entre nosotros. La mala alimentación de nuestra niñez es otra de las causas de esta gran propagación de la tuberculosis en México. Niños hay que van a la escuela sin tomar alimentos, porque no tienen en su casa qué darles. La inmensa mayoría de los pequeños que concurren a las escuelas oficiales, son niños que presentan verdaderos rosarios de ganglios en el cuello crecidos, como síntoma de un estado de debilidad y pretuberculosis. Urgen medidas de todo mundo para remediar esta situación. Sólo los médicos escolares pueden darse cuenta de esta terrible verdad: la inmensa mayoría de los pequeños escolares de las escuelas pobres son niños desnutridos y con síntomas que acusan un estado de pretuberculosis. Urge dar reconstituyentes a estos pequeños; urge que se mejore la alimentación del pueblo en general; urge el establecimiento de comedores escolares para estos pequeños que no comen porque no tienen dinero en sus casas para alimentarlos. Es obra de patriotismo hacer esto. Con una raza así de debilitada, nunca podrá México prosperar. Todas las clases sociales, la iniciativa oficial y la iniciativa privada, deben actuar de acuerdo para combatir la desnutrición en México; para hacer que los niños se alimenten bien puesto que es bien sabido que los niños son más propensos a la tuberculosis que los adultos; es más, se dice que la tuberculosis de los adultos no es sino una segunda etapa, un recrudecimiento de la tuberculosis que se adquirió en la niñez.

Con medidas de economía política bien aplicada se formarían las bases para que la pobreza del pueblo disminuyera, y por lo mismo las probabilidades de contagio entre las personas mal alimentadas. Todos debemos ayudar en nuestra esfera de acción y en nuestras posibilidades a los que encabezan esta campaña en contra de la "Peste Blanca".