COMO
FUE CREADA LA UNIVERSIDAD (José S. Healy)
Comentarios de "EL IMPARCIAL". En un diario nogalense miembro como nosotros del Bloque Periodístico
de Sonora, se publicó en días pasados un artículo en el cual se examina, dentro
del criterio del colega, diversos aspectos de la situación actual de esta
Entidad. Nos llamó la atención una de
sus afirmaciones, y es en la cual dice que la Universidad de Sonora debe su
creación al régimen del Gral. don Anselmo Macías Valenzuela.
Refutamos esa tesis y para el efecto procedemos a hacer historia, porque
consideramos necesario que no se
tergiverse para el futuro el proceso que dio vida a la máxima Casa de Estudios
de Sonora. Aclaramos de antemano que fuimos amigos del citado gobernante, y
seguimos siéndolo ahora que no maneja los destinos del Estado, por lo cual este
comentario nuestro está encaminado únicamente a poner las cosas en su debido
lugar, y no pretende lastimar su fama.
La Universidad de Sonora no debe su creación a ningún gobernante. Ni a Yocupicio ni a Macías Valenzuela ni
a Rodríguez. La debe solamente a la
fuerza inspiradora de la opinión pública, al ansia de mayor altura cultural del
pueblo sonorense. A los gobernantes
mencionados les debe en su debida proporción, el respaldo oficial que les ha
correspondido aportar para que siga subsistiendo el benemérito Instituto de
estudios; y hacemos historia:
La idea primordial partió de un reducido grupo de intelectuales
universitarios. personificados por los señores doctor Domingo Olivares, Lic.
Herminio Ahumada, Lic. Francisco Duarte Porchas y Lic. Gilberto Suárez; el
primero zacatecano absorbido con beneplácito por Sonora y los tres restantes
sonorenses. Ellos formaron el Comité
Organizador de la Universidad de Sonora en el año de 1938 y lucharon con calor
y entusiasmo hasta formar opinión, la cual cristalizó en el organismo que ahora conocemos como Comité Administrativo de
la Universidad de Sonora. Fue toda una
cruzada que llevó sus elocuentes argumentos en favor de la juventud sonorense
ansiosa del estudio hasta la Cámara de Diputados, obteniendo en ella que se
aprobara el proyecto de ley que fundaba la Universidad de Sonora. El Gral. Yocupicio, entonces Gobernador,
tuvo la visión de su importancia y consintió en ratificarla con su firma. Dentro del mismo régimen del “jovial”
hombre del Mayo, se puso en vigor a
solicitud del Comité Universitario la Ley del impuesto adicional de 5%
que están pagando con gusto los
contribuyentes del Estado. La creación
de la Universidad siguió en paso ascendente bajo el cuidado del Comité
instituido y obtuvo aportaciones pecuniarias muy estimables de todos los
sectores del Estado, a los cuales
empezó a agregarse el regular caudal que venía representando el aludido
impuesto adicional.
Las obras de construcción de los
edificios que hoy son adorno y orgullo de Hermosillo fueron terminadas, y
correspondió a don Anselmo Macías Valenzuela durante su período de gobierno,
ver realizada la aspiración que se había profundizado en el alma popular. Su participación en la obra fue la de
sostener el impuesto adicional, y en las postrimerías de su Gobierno, donar por
cuenta del Estado cincuenta mil pesos del presupuesto oficial. El régimen del Gral. Rodríguez ha seguido la
trayectoria que traía el Comité Administrativo, de disfrutar éste del producto
del 5% y de las sumas que el Estado dedica a becas de estudiantes, para
continuar esa lucha llena de escollos que se viene desarrollando hace diez años
y que para los miembros directivos y sobre todo para los fundadores, constituye
una legítima aureola de satisfacción.
Es por eso que hacemos este comentario.
El Gral. Rodríguez tiene en su abono, junto con su señora esposa, el
hecho excepcional de haber instituido la Fundación Esposos Rodríguez, otorgando
de su peculio más de dos millones de
pesos. Las becas que de allí se derivan
favorecen directamente a muchos
estudiantes, pero indirectamente también favorecen a la propia
Universidad, en la cual cursan sus carreras el 90% de los alumnos becados. Esto es, desde luego, un factor de
importancia para el instituto: llegaremos así a la conclusión de que la
existencia de la Universidad de Sonora debe a los gobernantes del Estado el
apoyo, el respeto y el cariño que le han prestado, pero fundamentalmente sus
bases y su vida propia la deben al esfuerzo del pueblo, estimulado éste por la iniciativa de hombres
visionarios que produjeron con su entusiasmo el impacto moral que hoy se ha
traducido en una gran obra educacional.
(10 de Marzo de 1946)