UNA VIDA Y UN CARÁCTER AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD:

 ENTREVISTA CON EL CANDIDATO DON MANUEL PUEBLA

“Nunca he sido político ni pienso serlo, pero considero una obligación ciudadana servir a la colectividad cuando ésta lo requiere”. Hombre de escasas expresiones y de retraídas características, dedicado más que nada a la edificación del patrimonio familiar y a servir a la colectividad en donde nació y la cual lo vio convertirse en un elemento de provecho por sus propios esfuerzos, el señor don Manuel Puebla se mantiene  regularmente fuera de la atención pública en sus fases espectaculares; pero puede decirse de él que en el silencio de su vida sobria y serena no hay día que no se signifique por algún detalle que marca la trayectoria recia y decisiva de su carácter laborioso y fecundo.

 

Una de las figuras más destacadas en las actividades económicas y sociales en los últimos lustros, joven por su edad y maduro por su sólida experiencia en la plenitud de su carácter y de sus energías, don Manuel Puebla conoció las inquietudes del Hermosillo de hace veinticinco años y participó de sus impulsos y de su agresividad cuando la juventud le sonreía.  Fue generador de actividades vigorosas que dejaron su huella de progreso en la potente evolución de nuestro medio ambiente. Su espíritu de empresa lo llevó paso a paso a conocer las necesidades esenciales del pueblo. Fabricó su modesta Empresa bajo la inspiración de un impulso innato en él que lo lleva a  buscar cada día un horizonte mejor y un cielo azul y optimista para los suyos, no solamente para los de su propia familia, sino también para todos aquellos que lo secundan en el sentimiento lleno de orgullo de considerarse hermosillense. 

 

Dentro de la quietud y la dureza de su carácter, que es de sus virtudes más destacadas, se oculta un espíritu de lucha y un temperamento de innato de observador.   Cuando lo visitamos en su residencia de la calle Jesús García, llevábamos el propósito de dos o tres preguntas relacionadas con su trayectoria.  Así, después del saludo de rigor y de agradecer la hospitalidad con que desde luego nos brindó el excelente ejemplo de hombre de hogar, le dejamos ir la primera pregunta:

-¿Cuál fue la reacción íntima que le produjo el ofrecimiento de sus candidaturas  por parte de los “Pueblistas” y la razón de haberla aceptado?. Don Manuel responde: “Sería insincero conmigo mismo --nos contestó el señor Puebla con su tono de voz que se advierte su característica  de hombre reflexivo-  si no confesara que me causó profunda satisfacción y hasta orgullo la demostración de mis amigos en el sentido de depositar su confianza en mí.  Nunca he sido político y nunca he vivido de los presupuestos oficiales, lo  cual no impide propiamente que no aprecie como se debe a quienes en forma honesta dedican sus actividades a la política y al servicio del Estado o de la nación.  Precisamente creo que el bienestar de las colectividades depende en mucho del interesar en la acción gubernamental a todos los elementos capaces de aportar su buena voluntad y su experiencia desde un punto de vista de beneficio social.  Por esa profunda convicción que tengo, de que el ciudadano debe estar siempre dispuesto a servir, accedí a la repetidas instancias de mis amigos para figurar en la lucha temporal”.

A través de lo que acaba usted de decirnos -fue nuestra siguiente interperlación- parece que usted nunca ha sido político ni nunca ha vivido de  los presupuestos oficiales.  Sin  embargo, en la presente y en la anterior lucha electoral, se ha esgrimido como argumento en su contra que usted ha estado dentro del Ayuntamiento en forma que hasta desdice del resobado estribillo de “No Reelección”.  Por supuesto, no lo tome usted a mal; se trata simplemente de una indiscreción periodística.

Don Manuel Responde: “No tenga cuidado -nos dijo con su sonrisa contagiosa-, ya comprendo que cuando no hay otro recurso se ataque, se tenga que recurrir a formas figuradas.  Nunca he sido electo para un puesto ejecutivo ni he desempeñado cargos en el Gobierno.  Allá por el 23 resulté como Regidor en una planilla triunfante y en el 36 quedé por unos meses como Presidente Municipal interino, cuando se me influyó como miembro de un Consejo designado por el Gobierno y el Jefe de dicho Consejo tuvo que salir.  Posteriormente, en el Ayuntamiento anterior al actual también fui Regidor”.

El aspecto realista del carácter de nuestro entrevistado, nos lo dio cuando contestó a la siguiente pregunta: ¿Quiere decir entonces que usted se ha concretado a responder cuando lo han llamado a servir a la colectividad.?

Don Manuel: “Cual debe ser. Yo entiendo el Gobierno Municipal como una obligación ciudadana, como un deber hacia nuestra ciudad, hacia nuestra propia familia, hacia nuestros compadres y amigos, hacia nuestros semejantes, y no precisamente como una función política.  Esta cae mejor en los parlamentos o entre los estadistas.  Mi aspiración nunca ha sido dirigida hacia una u otra actividad.  Desde mi juventud viendo tuercas y tornillos y otros implementos, primero en la Mercería de La Paz y después, cuando logré mi independencia económica a base de sacrificios,  en el establecimiento que tengo en contra esquina del Mercado”.

Sin embargo, de ello ha servido usted en diversas posiciones de carácter social.

Don Manuel: “Efectivamente, como digo antes, fui Regidor cuando se me requirió para ello, como también he sido varias veces Director de la Cámara de Comercio; Presidente de muchas sociedades; Tesorero de otras; Vocal de algunas más.  El hecho de que le confíen a uno determinada misión no debe figurar en nuestro historial como tara, como parecen pensarlo quienes no tienen otra cosa que decir de mis modestas actividades, sino como un motivo de satisfacción porque en todo caso revela que se ha tomado en cuenta, en el centro de diversas actividades, la buena disposición  que tenemos de servir en forma desinteresada y exenta de todo egoísmo.

Lo anterior nos trae al recuerdo que, en efecto, nuestro  entrevistado ha ocupado diversas posiciones de responsabilidad en nuestro medio social que han sido definitivas en el progreso general.  Señalamos mejoras materiales que dejaron huella imborrable como cuando, administrando el famoso “cinco del Mercado”, consumó en forma económica, eficiente y honesta la modernización de nuestro máximo centro de comercio doméstico, lo cual es un orgullo legítimo de nuestra ciudad, así como parques y centros de recreo para la población hasta en sus más remotos y humildes barrios, amén de otras empresas que han requerido su prestancia y atención.  Sobre su programa de Gobierno Municipal y su concepto de las elecciones próximas, lo interrogamos así: 

-¿Tiene usted algún propósito especial en su programa y cuál es su plan de acción en la presente lucha electoral?. 

Don Manuel:  No hay más programa que  trabajar, dentro de un criterio apolítico, por la administración de los intereses del Municipio para que obtengamos el mayor rendimiento posible tanto en el orden material como en el moral.  La política es para otras esferas.  En el Ayuntamiento lo  principal es tener buena organización y poner en ella toda la modesta experiencia que puede no haber adquirido en su vida laboriosa e independiente en que cuenta cada detalle.  Por lo que respecta a mis planes en esta lucha electoral, no hay otro que presentar al pueblo las circunstancias tal cuales son y dejarlo que emita su veredicto dentro de la garantía de efectividad del voto que ha ofrecido  el señor Gobernador Rodríguez.  El pueblo tiene derecho de darse el Gobierno adecuado y de usar de los medios legales necesarios para ello. 

 

Así pues, contando con las seguridades que promete -y cumplirá- el Jefe del Gobierno local, no hay más que presentar al pueblo  nuestra causa dentro de una moralidad y decencia absolutas y esperar su fallo el día de las elecciones.   Esa fue la última frase que anotamos del ciudadano Manuel Puebla, candidato a la Presidencia Municipal, hombre de negocios, trabajador social de grandes entusiasmos e iniciativas y jefe ejemplar de una familia ejemplar.  Particularmente no le llama la atención ser figura oficial.  Su vida económica depende de los negocios que a base de esfuerzo ha logrado formar.  Siempre se le ha tomado en cuenta por sus cualidades de empuje en todas las organizaciones sociales.   Nunca ha sido político ni necesita de la política; pero siempre ha estado a la disposición de sus conciudadanos para servir.  Servir es una de las cualidades primordiales en un hombre, y seguramente don Manuel Puebla tiene una comprensión certera de lo que significa esa cualidad que es al propio tiempo un deber.

 

Hermosillo Sonora, marzo de 1946 (El Imparcial)