Miércoles 13 de Febrero de 1946

"LOOR A LOS TELEGRAFISTAS"

(Por Rodolfo Jara Castillo)

Mirad las redes que tendió la mano incansable del hombre en la hondonada, atravesando el valle y el pantano para llevar el pensamiento humano a la región más triste y apartada.

Mirad cómo dominan la montaña los postes hechos cruz, en cuyos brazos pasan como una larga telaraña hilos hablando en vibración extraña de amor, despecho, triunfos y fracaso.

Mirad cómo en el fondo de los mares cruzan cables uniendo las naciones para llevar venturas o pesares hasta los más recónditos hogares donde también palpitan corazones.

Mirad las naves arrostrar serenas los peligros que todo mar encierra, porque en las horas de borrasca y penas, al grito de dolor en sus antenas hay palabras de amor desde la tierra.

Mirad cómo los pájaros de acero pasan veloces, sin perder la ruta guiados por dos intrépidos: el aviador primero, y el compañero que ni la gloria ni el honor disputa.

 Y bien ¿Qué véis en ésto? ¿El adelanto de la ciencia en su marcha hacia su progreso que hace llegar por el espacio un canto que hace oír a la distancia triste llanto o el roce de dos labios en un beso?

¿Qué véis en ésto? ¿El arte y la belleza convirtiendo en verdad leyenda y mito, la evolución en toda su grandeza forjando a cada instante una sorpresa bajo la comba azul del infinito?

¿Acaso no véis más? ¿Vuestra miopía es capaz de volveros egoístas?

Buscad y encontraréis que noche y de día, en tierra, mar y espacio, hay un vigía de esta noble legión: ¡telegrafistas!

¡Telegrafistas de sutil oído, esclavos al rumor de un aparato, y cubiertos por el polvo del olvido para los cuales el destino ha sido no solamente injusto, sino ingrato!

¡Telegrafistas, seres ignorados que guardan con lealtad y con respeto el sigilo a que están acostumbrados porque para ellos todos los pecados deben tener su tumba en el recinto!

¡Telegrafistas, que jamás reclaman cruces de honor o alguna recompensa, más si la Patria o el deber los llaman también, su sangre con valor derraman usando una magneta por defensa!

¡Oh servidores de diversas Redes en todos los sistemas y las razas, que confesando al mundo entre paredes no hacéis fortuna, ni aceptáis mercedes aún habiendo miseria en vuestras casas.

¡ Oh ignotos misioneros de la vida que no esperáis la gratitud humana, y aunque llevéis el alma dolorida, sabréis dejar vuestra misión cumplida porque vuestra misión es soberana!

¡Oh paladines de la Patria mía! Nobles telegrafistas mexicanos! Recibid un saludo en este día, en mi pobre mensaje hecho poesía que llegará cantando a vuestras, manos!