TRES TRAGEDIAS CONMUEVEN A HERMOSILLO (Martes 3 de Noviembre de 1953)

Un accidente que justamente conmovió a todo Hermosillo fue el que el sábado a las 18 horas con 30 minutos aproximadamente, le costó la vida al jovencito Juan Valenzuela, de 16 años de edad, al ser arrollado por el Ferrocarril de patio de esta ciudad. Según las informaciones logradas por el Imparcial, en la Comandancia de Policía y entre los familiares del infortunado adolescente, éste se dirigía el día de la tragedia a dejar los alimentos a su padre, el señor Manuel Valenzuela, quien trabaja en el Molino Harinero La Fama; al llegar al crucero del ferrocarril y viendo que un convoy tenía obstruido el paso como muy frecuentemente ocurre, y como el tiempo pasaba, Juan Valenzuela optó por intentar el cruce de la vía férrea pasando en medio de dos furgones y en el momento de estar sobre el carro número 8011, la máquina, sin que mediara ningún aviso precautorio, empezó a caminar arrojando al joven a la vía y pasándole las ruedas del carro por la parte media de su cuerpo, triturándolo horriblemente. Inmediatamente que se pudo sacar el cuerpo del joven de la vía, se le trasladó al Hospital General del Estado aún con vida, alcanzando a despedirse de su desesperado padre y a recibir los auxilios de la religión católica, que le fueron impartidos por un sacerdote que pasaba accidentalmente cerca del fatídico crucero. Un representante de El Imparcial logró averiguar que la tripulación de la máquina de patio número 530 estaba integrada por los señores Justiniano Figueroa, Luis Morales y Genaro Avila, y entre ellos debe hacerse una investigación rigurosa para evitar que se sigan efectuando esta clase de accidentes que nunca han sido castigados. Los padres del joven muerto, de la más humilde condición económica, en medio de su dolor dijeron a El Imparcial que si no podrían encontrar a ningún culpable cuando menos se debería buscar el remedio que previniera estas situaciones.

Nuevamente la desgracia azotó a la ciudad, el domingo por la mañana a las 10:45 horas, cuando el señor Miguel Pereyra Puga, de 25 años de edad, resultó muerto al caer bajo las ruedas del camión Fargo modelo 1952 tripulado por Melitón Acosta Moreno, en el cual viajaba el hoy occiso ayudando a conducir varios tubos destinados a las obras de agua y drenaje municipal. Resulta que el señor Pereyra Puga viajaba en la plataforma del vehículo y uno de los calabrotes que sostenían los largos trozos de tubería se soltó de la cadena y al tratr de recogerlo la rueda trasera del camión agarró la cadena arrastrando a Pereyra al pavimento. De allí se trasladó al accidentado al Hospital General del Estado donde fue atendido por el Doctor Abel Hernández apreciándose desde luego fracturas en la columna vertebral que eran necesariamente mortales. A las 13:15 se recibió la noticia en el Departamento de Tránsito Local de que el infortunado jornalero había muerto.

Ayer a las 16 horas falleció ahogado en el Canal Número 1 de la Presa Abelardo L. Rodríguez y en el tramo que cruza los terrenos de la Quinta Amalia, el jovencito José Figueroa Zamora, de 14 años de edad, al querer salvar a otro pequeño de correr la misma suerte, por lo que su deceso tiene notables matices de heroísmo. Según las declaraciones de los testigos presenciales, Figueroa Zamora se encontraba de paseo junto con otros niños, todos ellos internos de la Escuela Coronel J. Cruz Galvez, en el lugar del accidente. Se dedicaban a nadar en las aguas del canal y en un momento dado, Jesús Palomino, de 12 años, se vio arrastrado hacia un remolina que forman las aguas del canal al caer en la parte más profunda de la zona; Palomino desesperado luchaba y se debatía para evitar que lo llevara la corriente, y al ver esto, José Figueroa Zamora, sin medir el peligro y pensando sólo en salvar a su compañero, se lanzó al remolino logrando empujar fuera de él a Palomino, que no sabía nadar muy bien. Desgraciadamente, Figueroa Zamora no pudo escapar de las rápidas ondas de la corriente las cuales lo abrazaron conduciéndolo hacia abajo por el canal y desapareciendo pronto bajo las aguas. Sus  compañeros alarmados dieron parte del hecho y pronto estuvo en el lugar la unidad de rescate del Cuerpo de Bomberos Voluntarios, cuyos miembros, después de más de 4 horas de bregar, bajo las órdenes del señor Jahudiel Zamorano, lograron encontrar  el cuerpo del pequeño héroe a las 20:45 horas, que sacrificó su vida por salvar a un camarada en peligro.