CAPITULO VII

 

“UN FERROCARRIL EN LA CUIDAD”

 

Dos hechos históricos marcarían el comienzo de una época de desarrollo importante para la ciudad de Hermosillo durante el siglo XIX, eventos que sucedieron al comenzar y casi para concluir tal centuria. El primero de ellos corresponde a la apertura de Guaymas como puerto reconocido de navegación durante los años de 1811 a 1814, y el segundo,  a la brillante llegada del caballo de hierro, el Ferrocarril, mismo que permitió desplazamientos veloces de personas y mercancías por estas alejadas tierras de México. Barcos y ferrocarril lograron una mancuerna trascendental para el fortalecimiento del comercio, así como para permitir un gran movimiento de personas desde y hacia lugares remotos con mayor comodidad, un hecho distintivo de la segunda mitad del siglo XIX. Con la llegada de los barcos a Guaymas, aquella Villa del Pitic fue nombrada Ciudad de Hermosillo 15 años después; con el proyecto del ferrocarril la capital fue trasladada de Ures a Hermosillo el 26 de abril de 1879, que aunque en forma provisional, finalmente se quedó para no moverse más; Ures estaba lejos de la ruta en línea recta entre Guaymas y Nogales, el destino de interés para los inversionistas, así que evidentemente resultó más económico mover la capital.

 

Uno de los primeros intentos por construir una vía férrea por estas tierras se le debe al General Chihuahuense don Angel Frías, quien trajo a Sonora el proyecto para establecerlo desde Guaymas a la frontera con el vecino país. El 5 de marzo de 1861 se le otorgó incluso la concesión para su construcción pero la intervención francesa estropeó el proyecto. El 13 de enero de 1869 el Congreso de la Unión otorgó igualmente la concesión al Sr. Julius A. Skilton, Cónsul de Estados Unidos en México, para construir este mismo ferrocarril pero también fracasó. Finalmente el 19 de junio de 1877 los señores Robert R. Symon y David Fergusson obtuvieron la concesión de construir un ferrocarril de Guaymas a Hermosillo; dos años después, el 29 de abril de 1879 se formaliza la Compañía Limitada del Ferrocarril de Sonora con un capital suscrito de $1,200,000 dólares, una vez que la empresa Atchison Topeka & Santa Fe R.R. Company (A.T.S.F) llega a un acuerdo con los dueños de los derechos, representados por Robert R. Symon y Sebastián Camacho, con intermediación efectiva del Presidente Porfirio Díaz.  Debemos comprender que la A.T.S.F. tenía interés en conectar su red ferroviaria con Guaymas a través de una línea que uniera al sur de Estados Unidos con el puerto sonorense; el tren llegaría por primera vez a la ciudad de Tucson el 20 de marzo de 1880 y eso era motivo de gran satisfacción para la red que se estaba creando.

 

Descripción de la ruta del ferrocarril según el Proyecto de la ATSF

 

Para el mes de noviembre de 1879 empezaron a desembarcar en Guaymas los primeros materiales para la construcción de la vía férrea. Un año antes, la ATSF envió al ingeniero William Morely para realizar un levantamiento topográfico  desde el centro de Nuevo México hasta Guaymas pasando por un lugar llamado Nogales. La compañía mandó hombres experimentados como el superintendente Daniel Bullard Robinson, siendo nombrado como Ingeniero Jefe de la Construcción al mismo William Morely. Los trabajos comenzaron un 6 de mayo de 1880 con una cuadrilla bajo el mando de José Mitchel en la Isla de la Ardilla en el Puerto de Guaymas, en donde se estableció el muelle de la compañía. Junto con la construcción del ferrocarril, se contempló el levantamiento de la línea telegráfica hasta Hermosillo la cual se inauguró el 27 de mayo del mismo año.

 

El 4 de noviembre de 1880 arribó al puerto de Guaymas por vía marítima la primera locomotora, día que fue celebrado de manera muy especial pues con ello se iniciaba la historia del ferrocarril en el noroeste de México. Hubo un evento en el que se invitó a las autoridades federales representadas por el Ingeniero Antonio Moreno, así como sendos delegados militares y estatales. Residentes del puerto se acercaron a admirar aquella extraña máquina que habría de romper la quietud de la campiña sonorense, que habría de modificar para siempre el escenario de los pueblos impuestos al caballo y al carruaje desde siempre. La máquina fue colocada en las vías del muelle y se puso a funcionar enviando a los cielos claros de Sonora los primeros silbidos y bocanadas de humo que anunciaban el progreso.

 

¿Cómo sería aquel primer tren?; en la gráfica una locomotora de 1890.

 

La tarea no iba a ser fácil. La madera para los puentes y muelle era enviada desde Oregon, Estados Unidos; los rieles llegaban desde Inglaterra siendo transportados por naves que transitaban por el Estrecho de Magallanes y finalmente la mano de obra especializada tenía que conseguirse con obreros del sur de Estados Unidos o del centro del país; muchos miembros de la tribu Yaqui se incorporaron como peones en la difícil y desconocida tarea de acomodar tablones y clavar los rieles. Año y medio de grandes labores de construcción permitieron concluir el tramo Guaymas-Hermosillo, siendo inaugurada la línea el día 4 de noviembre de 1881 programándose un viaje conmemorativo para tan distinguida ocasión. El ferrocarril salió del puerto de Guaymas por la mañana y después de 5 horas de recorrido, la máquina, un par de vagones y varias plataformas entraron a la Estación de Hermosillo con la felicidad en el rostro de los miembros de una nutrida delegación encabezada por el Gobernador Carlos Ortiz Retes. La fiesta duró toda la noche y al día siguiente la celebración se prolongó en el puerto.

 

 

La Estación del Ferrocarril en Hermosillo, misma que se mantuvo por más de 7 décadas