TEODORO HIGUERA UN LIGA MAYORISTA DE RENOMBRE

 

Higuera se muestra alegre, contento, está feliz por el gran reconocimiento que se avecina, lo cual se palpa al momento de ser entrevistado en su residencia de Los Mochis, Sinaloa, mientras se celebraba la Serie Final de la Liga Mexicana del Pacífico, hace algunas semanas.

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Teo, platícanos como fueron tus inicios en el rey de los deportes.

Primero que nada, gracias por la entrevista y bienvenidos a su casa. La historia es muy larga, a mi me gustó el beisbol desde pequeño. Recuerdo que mi padre no quería que jugara beisbol argumentando que era un deporte de "borrachos ", ya que al terminarse los juegos en los ranchos la gente comenzaba a tomar y por eso no quería que me integrara a un equipo.

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Yo vivía en el Ejido Vallejo, cerca de Los Mochis, donde comenzamos a jugar con unos muchachos, ahí cerca de una laguna. Jugábamos pelota "llanera" y me gustaba el beisbol, luego fui a la secundaria pero no había equipo allí, hasta que llegué a la preparatoria de la UAM. Mi papá murió cuando firmé mi primer contrato con los Indios de Cd. Juárez en 1979.

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¿Tienes más hermanos.?

Tengo a mi hermano mayor, Antonio, a mi hermano Lino y mi hermana Florentina. Ellos no jugaron. Recuerdo que cuando estaba en la prepa, se hizo un equipo de inter-prepas, me fue muy bien, fuimos a jugar a Guamúchil y La Paz. Luego hicimos un distrito en el ejido, resultamos campeones y fuimos a jugar a Nuevo Casas Grandes, Chihuahua.

¿Ya destacabas como lanzador?

Sí, ya pitcheaba. Recuerdo que pitché el primer encuentro, íbamos por tres juegos, jugamos viernes, sábados y domingos. Tiré el primero y se ganó ese juego, luego lancé el tercero. Antes lanzábamos bastante, quería estar uno pitcheando, ahora sólo tiran unas cuantas entradas. Después de terminar la prepa me regresé a jugar amateur a Casas Grandes, pagaban buen dinero. El pago era excelente, me pagaban nueve mil pesos a la semana, era mucho dinero, muchísimo, estamos hablando de los 70`s., sí, como en el 77.

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Me llevó Beto Palafox. Yo quería lanzar. Comentó que me quería firmar para Ciudad Juárez, para los Indios y un fin de semana que me vine para acá a visitar a mis padres, al regresar me dijo, sabes, ya perteneces a los Indios de Ciudad Juárez. Se lo comenté a mis padres y mi papá me dijo; hijo, lo que tú quieras, yo quería estudiar, pero él no andaba bien económicamente, ya que mi hermano estaba estudiando en Culiacán. Entonces le dije; pues yo voy a agarrar el guante. El me contestó; si ese guante te va a dar de comer, pues adelante.

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Fue bueno que te haya dado libertad de jugar en Cd. Juárez. Claro, luego llegó el contrato y paradójicamente, a los dos meses falleció mi padre. Para mí fue muy duro estar en Cd. Juárez, porque mi mamá estaba sola. Llegué a Cd. Juárez en 1979 y en mi primer año no jugué mucho porque llegué tarde debido al fallecimiento de mi padre. Pensé que me iban a enviar a Cd. Victoria, porque ahí estaba la sucursal del equipo, pero entonces, Zacatillo Guerrero, manager del club, me dijo que me quedara, pues ya sólo faltaban dos meses para terminar la temporada. Me quedé y Zacatillo me daba un inning, dos innings y así me la fui llevando.

Zacatillo fue tu primer manager.

Sí, muy amigo, mis respetos para el señor y su familia. En ese tiempo había varias estrellas con los Indios. Ahí estaba Rafael García, estaba Mike Paul, Ed Banne, Mike Kekich, pitcher que perteneció a los Yanquis y algunos otros.

 

¿Era muy bueno el cuerpo de pitcheo de Cd. Juárez?

 Sí, era muy bueno, incluso estaba Porfirio Gutiérrez, un abridor también, en el 80 regresé a Cd. Juárez, fue cuando se hizo la huelga de peloteros.

¿Qué pasa cuando llega la huelga?

Yo llevaba ocho ganados y tres perdidos, con 1.85 de efectividad. Iba tremendo. No creía en nadie, fue entonces cuando llegó la huelga. Se paralizó el circuito, luego seguimos contendiendo, pero mis cifras recayeron un poco, de todas formas, al final fui nombrado el mejor Novato del Año. Esa fue mi primera conquista.

Pudiste haber ganado hasta 20 juegos en la campaña.

Probablemente. En el 82 reporté tarde a Cd. Juárez por una enfermedad de mi madre. No tuve entrenamiento. Aún así, lancé le juego inaugural en Chihuahua, con sólo dos días de entrenamiento, por qué Rafael García no quiso tirar allá porque estaba haciendo mucho frío, lamentablemente, me lastimé el codo en ese juego y duré como 20 días para restablecerme. Batallé para recuperarme, aunque al final me fue bastante bien e incluso fuimos campeones barriendo a Saltillo y posteriormente a los Tigres en cuatro juegos. Contra Saltillo me acuerdo que hubo un juego bastante controvertido. Yo lancé en Cd. Juárez. Al día siguiente descansé y un día más tarde viajamos para pitchear con dos días de descanso. Le gané a Saltillo para irnos a la final y fuimos campeones. Tuve cifras negativas al final del torneo, pero creo que ayudé bastante en la conquista del campeonato. En el 83 gané 17 juegos y ya en el 84 me fui con los Brewers.

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¿Cómo se da ese llamado para los Cerveceros?

Vinieron dos buscadores a verme. Rick Manny, y Ray Poller. Poller era el primer scout de Cerveceros, el número 1. Ellos (Cd. Juárez) pensaban cambiarme por jugadores a Milwaukee, pero Milwaukee hizo una compra, una venta, ó sea, hubo compra venta entre Milwaukee y Ciudad Juárez pero esta gente no quería reconocerlo. No querían reconocer y darte tu parte. Así, es, entonces, yo traté en Cd. Juárez mi aspecto de pelotero, porque en una venta también debe haber dinero para el jugador, el 25%. Como uno está novato, la gente (los directivos), cree que estás muy pendejo y no se vale. Hubo controversia ahí sobre el contrato y yo no quería irme porque necesitaba dejar muy claras las cosas. Eso fue en el 84, de Ciudad Juárez me reporté al Paso, donde pitcheé muy bien y de ahí brinqué Vancouver de Triple A en el mismo año. Al año siguiente me llamaron del equipo grande, me fue bien en los entrenamientos y me quedé.

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¿Cómo se da tu llegada al equipo grande?, con confianza, con miedo, ¿cómo es tu primer día en las Grandes Ligas?

Cuando alguien te dice, ¿sabes qué?, vas a entrenar en el equipo grande, llegas al entrenamiento, donde no conoces a nadie, se pone uno a calentar y comienzas a asimilar. ¿Dónde quería estar?, yo quería estar en el mejor beisbol del mundo y aquí estoy ya. La cumbre del beisbol, aquí es, ya estoy aquí, ¿ahora que falta?, falta lo mejor todavía. Pero llegar, llegar, cualquiera llega, cualquiera puede llegar, el chiste es establecerse, y era, era lo más fuerte, lo más duro, ¿para qué?, para salir adelante tienes que trabajar, trabajar mucho.

Recuerdas como es tu primera situación, te envían a lanzar hasta el final de la temporada, ¿cómo es tu primera salida?

Me pusieron a pitchear en la pretemporada, me pusieron a prueba, me pusieron a prueba y contra los mejores bateadores. Yo pitcheó ahí, siete innings ese primer año, no me hicieron más que tres carreras, pero la prueba más grande fue que, había un japonés, con el cual estaba compitiendo, él tenía 35 años y yo 24. Entonces, me dice el manager, vas a pitchear un juego contra Anaheim, en Firestone. Este japonés era un pitcher veterano que en Japón había hecho muy buen trabajo. Si abre Reggie (Jackson) en el line-up va abrir el japonés, y si no lo hace vas a lanzar tú, ¿correcto? Y que lo ponen en el line-up y mandan al japonés, entonces, en el primer turno le da doble. En el siguiente le da otro hit. Lo que querían era ponerme a prueba contra los grandes. Ahí estaban todos los estelares, porque ya iba empezar la temporada, entonces sale el japonés y me dan la pelota, el primer bateador era un derecho. Saca rola al short stop y cae el primer out, entonces viene Reggie a batear. Para entonces yo había checado como le había pitcheado el japonés. Este quería poncharlo con curva, y a Reggie nunca lo iba a ponchar con curva y no lo iba ponchar por que él era muy buen bateador de curva, lo que yo hice fue tirarle puras rectas pegadas. Le tiré una recta pegada, otra recta igual, un slider cortado, y lo ponché. Esa fue mi prueba. Esa fue la prueba más difícil. Pasó ese día, nos fuimos y regresamos a Phoenix, de paso a Sprinfield, ya faltaba un día para definir, me dijeron que estaba haciendo un magnífico trabajo y ya ese mismo día que formaron el equipo me llamaron; oye, te queremos enlistar, te queremos en el equipo.

¿Te acuerdas quién era el manager?

George Bamberger. El era más independiente, yo también le tenía mucha confianza y llegué al equipo y ya nos fuimos a Milwaukee. Mi primera salida fue de relevo, contra el equipo campeón del año anterior, los Tigres de Detroit. Tuve una buena temporada, lo cual hizo que compitiera para el nombramiento del Novato del Año. Entonces vino la temporada grande del 86. La cual empecé con el pie derecho ganando cuatro juegos seguidos. Fue la temporada de los 20 triunfos. Así es, yo me paré un poquito allá por el mes de junio, perdí dos seguidos y en otra no tuve decisión, aún así, seguí trabajando fuerte y gracias a Dios llegaron los 20 triunfos.


Textos; Horacio Ibarra Alvarez

Fotos; Ricardo Velázquez Padilla

TOMADO DE: http://www.ligadelpacifico.com.mx/index.php/2077-teodoro-higuera-un-liga-mayorista-de-renombra.html