CAPITULO
II: La Década de los 70´s y la Nueva Ley Universitaria
En el segundo semestre de 1971 el Ing.
Sergio Figueroa Balderas, un reconocido profesionista y profesor de la planta
docente de Ingeniería acepta el cargo de Director dejado vancante
por el Dr. Ballesteros. El Ing. Figueroa estaba era analista de sistemas en
el Centro de Cómputo de la Universidad
de Sonora al momento de su designación, la cual fue muy bién
vista por la comunidad universitaria.
En esta época del Ing. Sergio
Figueroa, la Universidad de Sonora entra en una etapa de reestructuración
derivado de un serio estudio denominado “Plan de Desarrollo de la Universidad
de Sonora”, o también nombrado “Plan Latapí” en el
cual se contemplaban de gran prioridad las actividades de planeación y desarrollo de la Institución. En este nuevo
modelo, que finalmente se llamó “Plan de Reestructuración
Integral de la Universidad de Sonora” (1971) participaba notoriamente la
Federación de Estudiantes, los maestros y los
trabajadores que poco a poco reclamaban espacios en el proceso de
transformación que se avecinaba.
Derivado de estas políticas de cambio,
la vida estudiantil no era del todo estable. La Universidad de Sonora
incrementaba año con año su matrícula, aumentando con ello una población que
exigía nuevas participaciones, sobre todo en el proceso de elección de cuadros
directivos y en la toma de decisiones
acerca del ejercicio del presupuesto y otras iniciativas para beneficio de las
Escuelas Universitarias; tarde o temprano, ello tenía que repercutir en un
cambio de Ley Universitaria.
A la par con ésto,
poco a poco se hacía mas evidente el impacto sobre la Universidad de un fenómeno de carácter mundial que
mantenía a los habitantes del globo a la expectativa: la “guerra fría”; la
Unión Soviética, con su modelo económico basado en los principios del
socialismo competía con los Estados Unidos, cuyo modelo capitalista trataba de
evitar el creciente número de países que, por la vía pacífica o nó, adoptaba la forma socialista de vida política. La lucha
de soviéticos contra estadounidenses se reprodujo inevitablemente en la
Universidad por medio de un par de grupos estudiantiles de apoyo a uno y otro
esquema político: los “micos” (asociados del grupo Movimiento de Integración
Cristiana) en apoyo irrestricto al regimen imperante
(este grupo se hacía llamar internamente en la UniSon
como “Comité Pro-Defensa del Orden Universitario”), y los “activistas”, muchos
de ellos asociados al movimiento de cambio mundial donde el poder político y
económico debía recaer sobre el proletariado; es así como la Universidad de
Sonora se convierte en un espacio en “guerra fría”, con una serie de hechos
violentos que habrían de lastimar la imagen tradicional de una Universidad
provinciana en busca de la alta calidad académica que había tratado de
consolidar en la década de los sesenta.
En esta confluencia de hechos, durante
1972 la UniSon entra en un período de análisis sobre
como podría organizarse en la nueva idea de cambio; y por supuesto, había
muchas ideas encontradas. Se formó una gran comisión cuya tarea de elaborar el
Anteproyecto de Ley Universitaria se
prolongó hasta 1973, motivado principalmente por el choque prevaleciente, donde
predominaban las discusiones interminables y violentas que finalmente produjeron
un anteproyecto que fue sometido a estudio por las Unidades Académicas; en esta
labor, los estudiantes tuvieron una destacada participación en la conformación de una nueva Ley. Por fin,
en febrero de 1973 el anteproyecto fue enviado al H. Consejo Universitario, sin
embargo, el rector Dr. Sotelo juzgó conveniente turnar la propuesta de nueva
cuenta a la Comisión de Reglamentos, cosa que generó el descontento de buena
parte de los Consejeros a grado tal de que
el rector decide renunciar al cargo.
Una comisión de profesores y alumnos
se entrevista con el Lic. Alfonso Castellanos Idiáquez, adscrito a la planta
docente de la Escuela de Derecho y Ciencias Sociales, a fin de que acepte la
designación de rector provisional, rindiendo su protesta en carácter de
interino el día 29 de marzo de 1973; el Lic. Castellanos fue uno de los
maestros pioneros y fundadores de la Universidad de Sonora.
La nueva Ley universitaria fue por
demás polémica, pues a pesar de existir un proyecto salido del consenso en las
bases estudiantiles y de la planta docente, mucho se habló de que el
instrumento legal que se aprobaba el día 26 de Agosto de 1973 por el H.
Congreso del Estado había sufrido
modificaciones sin consultar a la Universidad, y por supuesto, serían
inaceptables. Aún con ello, la Ley incorporó con mayor amplitud la existencia
de espacios democráticos (el llamado “co-gobiero”) en
la medida de que se instituyeron un par de organismos de gran importancia: Los
Consejos Directivos de las Unidades Académicas y el Consejo Universitario.
Según la Ley Orgánica 103, en cada
Escuela existiría un H. Consejo Directivo integrado por igual cantidad de
maestros y estudiantes, además del Coordinador de la Unidad Académica. Así
también, el H. Consejo Universitario se conformaba por un representante alumno
y otro de los maestros además del Coordinador Ejecutivo de la Unidad; cada uno
de los representantes era removido al terminar un año de labores sin derecho a reelegirse, siendo electo a través de sufragios entre sus
representados. De esta manera, la nueva Ley
dió oportunidad a la comunidad universitaria
de participar ya sea través del voto, o bién como
candidato a Consejero o incluso como Coordinador Ejecutivo o como Rector, aunque con ello se iniciaba una peligrosa y
permanente lucha por alcanzar “posiciones convenientes” según los intereses
políticos marcados por la ideología a la que se pertenecía; la situación basada
en que se tenía la oportunidad de ejercer la toma de decisiones en un proceso
democrático paritario entre alumnos y maestros, ejercicio que se llevaría a
cabo en una sociedad universitaria envuelta en una conflictiva “guerra fría”,
habría de generar no pocos disturbios en todas las Unidades Académicas y la
Escuela de Ingeniería no sería la excepción.
Tan solo iniciar la implementación de
la ley ocasionó serios problemas. El día 10 de Septiembre de 1973, 15 días
después de aprobada la nueva ley, fue destituido del cargo de secretario
general de la Universidad el Lic. Alán Sotelo Cruz debido a su “abierta
oposición a que se ponga en vigor la nueva Ley Orgánica”, como lo
manifestaría el Rector Castellanos. Por
otro lado, estudiantes inconformes con
el nuevo instrumento legal se posesionaron del edificio principal de Rectoría
en franca protesta, hecho que motivó al Lic. Castellanos a instalar las
oficinas de la Universidad en su residencia o en su oficina particular. La
oposición del grupo activista encontró su máxima inconformidad en la Escuela
Preparatoria Central, donde ese mismo día se produjeron disturbios bastante
serios:
“...los hechos
comenzaron a las siete de la mañana, hora en que debería celebrarse una
asamblea para designar representantes alumnos ante el Consejo Directivo de la
Escuela. Grupos de estudiantes opositores a la Ley, armados con varillas,
tubos, macanas y piedras estaban obstaculizando la entrada a quienes querían
asistir al acto... los opositores se posesionaron de la Escuela Preparatoria de
donde se dirigieron, minutos después, al edificio principal para ‘tomarlo’. No
hubo violencia en este lugar y posteriormente se cerraron las puertas de la Uni-Son impidiendo el paso a vehículos en el interior
universitario. Las metas inmediatas que se han fijado en la toma total de la
Escuela Preparatoria, son las de lograr que las once escuelas universitarias
exijan ante el Consejo Universitario la renuncia del Rector Lic. Castellanos
Idiáquez y poner en vigor como Ley el proyecto originalmente elaborado por la
Comisión Mixta de la propia Institución. Ayer se celebraron asambleas (de
estudiantes) en algunas escuelas, como Ciencias Químicas e Ingeniería. En ambas
acordaron apoyar a la Preparatoria, señalando que el Rector está actuando de
manera legalista”.
Los maestros de la Escuela de Ingeniería convocaron a una
reunión general para informar de los acontecimientos, de la cual la prensa
comentó:
“...los maestros de
la Escuela de Ingeniería acordaron, tras prolongada sesión que efectuaron ayer
tarde, otorgar apoyo a la política del Rector Castellanos Idiáquez. En dicha
reunión, en la que se discutió la postura que tomarían -desconocer al Rector o
apoyarlo- se planteó también que la nueva Ley Orgánica de la UniSon no se respete. Respecto a esto último acordaron que
dicha Ley debe ser aplicada”
Los hechos ocurridos provocaron el
ausentismo en la Universidad de Sonora, suspendiéndose las clases en forma
indefinida en todo el campus; solo
grupos pequeños de estudiantes recorrían las calles un día después mientras que
en el edificio principal se montaban guardias sin que se registraran
incidentes.
Como un detalle adicional al margen de
los acontecimientos, en el ámbito internacional el día 12 de septiembre
aparecía en todos los diarios del mundo el lamentable suceso ocurrido en Chile,
donde un golpe de Estado acabó con las aspiraciones de cambio de una Nación y
con su Presidente: Salvador Allende. No se hicieron esperar actos de protesta
ante tal hecho por parte de los estudiantes y de algunos profesores, como los
de la Escuela de Ingeniería, por ejemplo, que se manifestaron al respecto en
una carta dirigida a la opinión pública el día 21 de septiembre de 1973, misma
que a continuación se transcribe:
“Censuramos
enérgicamente el acto de traición que tuvieron las fuerzas armadas de Chile
para con el Dr. salvador Allende. La junta militar apoyada en el poder que de
hecho dan las armas ha impedido que Chile sea gobernado por quien el Pueblo
Chileno había elegido para ello. El severo juicio de la Historia situará a
Augusto Pinochet al lado de Victoriano Huerta”
PROFESORES DE LA
ESCUELA DE INGENIERIA: Profr. Ernesto Acuña Rivera,
Ing. Ignacio Ayala Zazueta, Juan José Cervantes Silva, Gonzalo de la Peña,
Ariel Echávarri, Sergio Figueroa, Magda M. García,
Fortunato Garibaldi, Roberto González Ascencio, Fernando Gutiérrez Cohen,
Gabriel Ibarra Félix, Oscar F. Jiménez, Víctor Manuel Martínez M., Josefina
Ochoa Ruiz, Sergio Peña Ríos, Héctor D. Ramírez Ballesteros, Guillermo Salas Pizá, Cesar A. Silva Gómez, Sonia Sotomayor Petterson, Armando Terán Ross, Gustavo Valdez Mockabee, Héctor Valdéz Rosas,
Miguel Vallejo Sánchez.
Así también en el Estado sucedía un
hecho notable: el día 13 de Septiembre de 1973 tomaba posesión del cargo de
Gobernador del Estado de Sonora el Lic. Carlos Armando Biebrich
Torres, al concluir su período el Sr. Faustino Félix Serna; paradójicamente, Félix
Serna asumió la gubernatura después de
los lamentables acontecimientos de aquel verano de 1967, y de nueva cuenta, al dejar su investidura
gubernamental, se presentaba ante la vista pública un recién declarado
conflicto universitario que ocuparía la atención de la sociedad sonorense por
muchos días, con repercusiones incluso para varios años.
En relación a los acontecimientos
universitarios no se hicieron esperar manifestaciones de la sociedad sonorense;
organizaciones privadas tales como el Centro Patronal del Norte de Sonora,
Unión Ganadera Regional de Sonora, Asociación de Organismos de Agricultores del
Norte de Sonora, A.C., Cámara Nacional de Comercio de Hermosillo, Cámara
Nacional de la Industria de la Transformación Delegación Norte y el Centro
Bancario de Hermosillo tomaron opinión acerca del conflicto, expresando su
inconformidad por los hechos violentos sucedidos y ofreciendo públicamente el
respaldo al Rector Lic. Castellanos Idiáquez; lo mismo hicieron profesores de
algunas Escuelas de la Universidad de Sonora; sin embargo, las asambleas
estudiantiles decían otra cosa.
Los miembros del Comité Pro-Orden
Universitario, por su parte, estaban indignados ante la presencia de los
estudiantes que mantenían tomada la rectoría, denunciando atropellos dirigidos
en contra de sus personas a la cual calificaron como “represión de corte
fascista” realizada por los dirigentes activistas de la FEUS y maestros
simpatizantes; mencionaban que se les había impedido el uso de la palabra en
asambleas así como haber sido agredidos y negar el acceso a la Preparatoria
Central y a la de Leyes a ciertos
profesores. En suma, el grupo manifestaba lo siguiente:
1. El rechazo total
de la Ley que plantean los activistas no conduce a ninguna solución pacífica
para lograr la Reforma Universitaria, y solo conduce a un conflicto
interminable.
2.La
aceptación provisional de la Ley y la lucha por la derogación de algunos
artículos, como procedieron los profesores de la Escuelas de Ingeniería y
Ciencias Químicas, plantea una posible solución que realice en forma integral
la Reforma Universitaria, posición que consideramos es la más razonable.
Para el día 15 de septiembre algunas
Escuelas trataron de iniciar sus labores pero con relativo éxito. Las
autoridades seguían reuniéndose estudiando el problema y llegaron a una
resolución ultimátum: si para el día domingo 22 de septiembre a las 12:00 no
desalojaban las instalaciones de la Universidad que habían sido tomadas por los
activistas, se decretaría un cierre total de la misma suspendiendo todo tipo de
actividad académica hasta en tanto la situación no se normalice. Esta decisión fue
avalada por la mayoría de los miembros del Consejo Universitario de aquel
entonces en reuniones que eran consideradas como ilegales por la facción disidente.
El ultimátum produjo un efecto
relativo, pues aunque los estudiantes inconformes desalojaron las instalaciones
debido a que, como lo afirmaron, “el objetivo político se cumplió y la
ocupación no tiene ninguna utilidad”, según se divulgó en un comunicado
elaborado por la Asamblea Permanente de Maestros y Estudiantes del Movimiento
Universitario; sin embargo, en el documento se aclara que ésto
no significa que se aceptara la nueva Ley señalando las siguientes exigencias
para suspender su protesta:
“1. Destitución del
Rector Castellanos, como rector de la Universidad de Sonora, 2. Rechazo a la
Ley Orgánica, 3. Aprobación de la nueva nómina de maestros de la Escuela
Preparatoria, 4. Reinstalación de maestros cesados en la Escuela de Derecho y
Ciencias Sociales, 5. Cese del sabotaje por parte de las autoridades contra las
actividades académicas, 6. Reinstalación del Licenciado Sotelo Cruz como
Secretario General de la Universidad”.
Sin embargo, este desalojo fue
insuficiente para el rector Castellanos, y como lo prometió, debido a que “...se
venció el plazo concedido a los ocupantes de los bienes de la Universidad de
Sonora para que voluntariamente los desocuparan e hicieran entrega de ellos a
la Comisión que designaría la Rectoría, sometiéndose a la Ley Orgánica
vigente...”, a partir de las 12:00 Hs. del día 23 de Septiembre quedan en
suspenso las actividades académicas y administrativas de la Universidad de
Sonora.
En la Escuela de Ingeniería había opiniones encontradas y en un valinete comunicado de los estudiantes de quinto año de la
carrera de Ingeniero Civil se pide a la comunidad universitaria que reconsidere
la postura tomada por los activistas, proponiendo como única solución viable al
problema y para rehacer la calma y lograr la unión de maestros y estudiantes
“que se pida a los compañeros que tienen tomada la rectoría, vehículos y demás
inmuebles de la Universidad que los desalojen”. Añaden además,
“No estamos de
acuerdo y no accederemos a la petición de la Sociedad de Alumnos de nuestra
Escuela en cuanto a impartir clases a
los compañeros de grados inferiores. Esto es con el fin de evitar situaciones
de división en la UniSon y encontrar un mejor camino
a la solución del problema”.
FIRMAN: Fernando
Aragón Romero, J. Antonio Morfín Coronado, Roberto
González A., David Ballesteros Sandoval, José R. Flores Goycochea, Julián López
López, Adolfo Salas Barragán, Gustavo Valdés M.,
Alfonso Valencia Pérez, Héctor Valdés Rosas, Germán Biebrich
Torres, Ernesto Martínez López, J. Fco. Pérez Reyes,
Javier Montaño Hodgers, Miguel A. Ochoa rascón, Tomás
Payán Hernandez, Guillermo Yee
Meza, Magdaleno Chávez González, Ambrosio Gallarndo Juanz, Carlos Péres Solís, Cesar
G. Romero Reyes, Raúl Cota Gallardo.
Así también, el Director de la Escuela
de Ingeniería, Ing. Sergio Figueroa, envía un comunicado a los estudiantes que
a continuación se describe:
A LOS ESTUDIANTES DE
LA ESCUELA DE INGENIERIA
El día 26 de septiembre del presente
apareció en el diario Información un AVISO a nombre de la Sociedad de Alumnos
de la ESCUELA DE INGENIERIA CIVIL comunicando a los alumnos de la ESCUELA DE
INGENIERIA DE LA UNIVERSIDAD DE SONORA que el jueves se reanudan las clases contando con planta
provisional de maestros de otras escuelas mientras se normaliza la situación.
Respetamos y hemos respetado siempre
los acuerdos de la Sociedad de Alumnos de la Escuela, sin embargo debo informar
que LA ASAMBLEA DE MAESTROS de la Escuela ha acordaddo
reanudar las clases hasta que la Rectoría o El Consejo Universitario legalmente
constituido dictamine en ese sentido. Recalco que éste fue acuerdo de la
Asamblea de Maestros de la Escuela. Cualquier persona ajena a la Escuela que se
ofrezca como profesor está contribuyendo a boicotear una decisión de la
Asamblea de Maestros. No quiero hacer consdieraciones
de tipo legal en este momento. El hecho real es que cualquier persona que con
su proceder tienda a debilitar el acuerdo de los profesores está haciendo lo
que en las huelgas de obreros hacen los esquiroles. No les voy a pedir que asistan
o no asistan a clases, que aunque la asistencia a clases es una actividad
académica, en este momento es una decisión de tipo político. Nunca hemos
tratado de influir en las decisiones políticas del estudiantado de la Escuela y
no lo vamos a hacer ahora, pero es muy conveniente que en esta situación de
conflictos no se adopten actitudes extremas que causen lesiones graves que
perduren aún después de superado el conflicto.
“El Saber de Mis
Hijos Hará Mi Grandeza”
ING. SERGIO FIGUEROA
DIRECTOR DE LA ESCUELA
DE INGENIERIA
Finalmente, en sesión celebrada el día
viernes 28 de septiembre el Consejo Universitario se convence de que es
factible reiniciar las actividades académicas, por lo cual decide levantar la
suspensión declarada 6 días antes “a medida que se presenten las condiciones de
normalidad necesarias para su funcionamiento”; en la misma reunión se decreta la destitución de 5 profesores entre
los que se encuentra el Lic. Sotelo Cruz, exsecretario general de la
Universidad. Un día después, el mismo Consejo Universitario inicia el proceso
de aplicación de la nueva Ley en la cual se decide proceder a la elección de
los Consejos Directivos y Coordinadores
Ejecutivos de las Escuelas.
Los estudiantes inconformes de nueva
cuenta defienden su posición, y en un largo escrito publicado el día 01 de
Octubre de 1973 declaran:
A la Comunidad
Universitaria
Al Pueblo de Sonora
Se ha acusado al movimiento
universitario de no proponer soluciones, de ser sectario, de oponerse a la
discusión. Nos han acusado los que, en la discusión, sabían que no podrían
triunfar porque no tenían soluciones ni argumentos que ofrecer, pues éstos
tenían que darse en función del cambio, para destruir lo que en la Universidad
significa atraso e incapacidad, destruir todo lo que se ajusta a los intereses
de un grupo que ha usado a la Universidad durante treinta años, que la ha
organizado de acuerdo a sus intereses y que ha aplicado la Ley de acuerdo con
sus necesidades, de la misma forma que la ha violado cuantas veces le fue
necesario. Nuestros enemigos no tienen argumentos para discutir porque ellos
son ese grupo y sus aliados...
El movimiento universitario ha
demostrado que no es un pequeño grupo sin apoyo, sino que es un gran grupo
capaz de organizar a una gran cantidad de estudiantes y maestros en mítines, en
manifestaciones, en asambleas y actividades de propaganda...
Los grupos de ellos (de nuestros
enemigos), los “Micos” y los “terceros” o “cuartos” grupos no han podido atraer
a nadie. Ahora están preparando otros actos con el apoyo del Gobierno. Sobre
esos “terceros” o “cuartos” grupos no se cierne el peligro de la represión:
ellos pueden hablar libremente: libremente pueden moverse, sin el peligro de
encontrarse con “Micos” o judiciales que los agredan. Y a pesar de todas esas
ventajas, estos grupos han hecho el ridículo cuando intentaron expresar
públicamente su base social...
Que nosotros no hemos ofrecido
soluciones, dicen... y todas las soluciones propuestas han salido del
movimiento universitario. Pues ¿No fue acaso el Movimiento Universitario el que
propuso y no le aceptaron -y en cambio contestaron con la represión-, la
discusión de las Reformas de la Ley Orgánica, a
través de una Comisión Mixta?¿No fue acaso el
movimiento universitario el que propuso
y no le aceptaron un plan para eliminar los exámenes de admisión? Ellos
respondieron con la campaña anti-drogas involucrando a nuestros líderes...
También propusimos la discusión del
Ante-Proyecto de Ley en el Consejo Universitario, pero Sotelo fue postergando
el momento hasta que propusimos que pasara por ese organismo sin discusión...
Ante la actitud de Castellanos,
provocadora de principio a fin, el movimento propuso
destituirlo usando los medios correspondientes; propuso rechazar la Ley y
resolver los problemas de la Preparatoria para que ésta pudiera funcionar
académicamente. Propuso que no se suspendieran las clases para no afectar a los
que quieren terminar el año lectivo y nada más...
El movimiento decidió tomar la
Rectoría para no aceptar la provocación en la Preparatoria. Castellanos decidió
“cerrar” la Universidad. Llamamos a discutir a otros maestros y Directores que
no apoyaban totalmente nuestras demandas, para buscar una solución. Llamamos a
no suspender las clases PARA DISCUTIR CON LA BASE DE ALUMNOS Y MAESTROS, ESTO
ES, PARA DIALOGAR CON LOS AFECTADOS, NO CON LOS QUE NOS AGREDIAN Y QUE SIEMPRE
BUSCAN LOS DIALOGOS SECRETOS PARA COMPRAR MOVIMIENTOS...
PROPONEMOS: La vuelta
a clases que ha sido uno de los objetivos del movimento,
reabrir la Universidad y la discusión, rechazar las medidas que el “Consejo
Universitario” ha tomado a espaldas de la comunidad universitaria. PROPONEMOS:
Seguir los programas Académicos y a los Maestros no abandonar las actividades
docentes. PROPONEMOS: Rechazar las provocacioens de
los grupos de choque y sobre todo DISCUTIR, discutir ampliamaente
para comprender mejor los problemas que afectan a la Universidad y buscar su
solución. PROPONEMOS: reforzar muestros puntos
programáticos intensificando la discusión sobre ellos, para que sean mejor
comprendidos y mejor defendidos. PROPONEMOS: Respetar a los maestros que por
incomprensión, inseguridad o apatía han apoyado los puntos del rector y del
Gobierno; discutir con ellos ampliamente, sin intransigencias pero al mismo
tiempo, PROPONEMOS desenmascarar a los provocadores, a los que conscientemente
nos han traicionado y han maniobrado contra nosotros y contra la Universidad a
nuestras espaldas, desde las oficinas del Gobierno y de los patrones.
COMPAÑEROS
UNIVERSITARIOS:
PUEBLO DE SONORA:
¡VIVA EL MOVIMIENTO
UNIVERSITARIO!
¡ALTO A LAS MANIOBRAS
DE SUS ENEMIGOS!
¡PAREMOS LA AGRESION
REACCIONARIA CONTRA EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL Y MAGISTERIAL!
Septiembre 30 de 1973
FEDERACION DE
ESTUDIANTES DE LA
UNIVERSIDAD DE SONORA
Paulatinamente, las clases se iban
restableciendo durante la semana siguiente según las condiciones de cada
plantel, atendiendo al acuerdo del H. Consejo Universitario del viernes
anterior. Es así como se reinician las clases en la Escuela de Ingeniería,
aunque hubo otras como las de Derecho, Contabilidad y Administración y la
Preparatoria Central que por problemas internos hubo impedimentos para el
reinicio de las labores. En el parte periodístico se divulgaba que aún la
Escuela Preparatoria Central seguía convertida en un ‘cuartel general’ donde se
reunen para elaborar propaganda con equipo y
papelería propiedad de la misma Universidad.
Por otra parte, cierto número de
consejeros universitarios cuya posición era contraria a la aplicación de la
Ley, divulgaron también su inconformidad el día 5 de octubre manifestando,
entre otras cosas, la destitución del Rector por considerar que fue y es el
principal creador de la actual crisis universitaria, además de aclarar que por
ser contrarios a los intereses del Rector, dichos consejeros jamás han sido
notificados de las reuniones tan importantes efectuadas a úlltimas
fechas, aprobando acciones con
representantes foráneos (de las Preparatorias de Santa Ana, Magdalena y Caborca); el comunicado lo firman Consejeros de la Escuela
de Altos Estudios, Economía, Enfermería y Trabajo Social, Derecho y Ciencias
Sociales, Ciencias Químicas, Ingeniería y de la Preparatoria Central. Tres de
ellos eran Directores de Escuela, dos representantes profesores y 7
representantes alumnos.
El día 6 de octubre una nueva medida
salía de las reuniones del H. Consejo Universitario: enviar a la Escuela
Preparatoria fuera del campus
universitario. Así, a petición de las Sociedad de Padres de Familia y
tras largas discusiones y con una votación mayoritaria de 21 contra 13, se
acordó que la Preparatoria Central funcionaría en planteles externos a la
Universidad; después se dió a conocer que serían los
de las Escuelas Primarias Leona Vicario
(para el Tercer Año), Colegio Sonora (para el Segundo Año) y Rosalío Moreno
(para el Primer Año); además, se decretó la expulsión de la Universidad de
Sonora de cinco alumnos y otros tres más el día 13 de octubre identificados
como líderes del grupo inconforme en la Escuela Preparatoria. Dos días después,
la planta de profesores de la Escuela de Derecho hace un llamado a los
estudiantes para incorporarse a las labores académicas y recuperar el tiempo
perdido.
Pero la violencia todavía hacía acto
de presencia, escenificándose una nueva batalla campal en pleno centro de la ciudad
el día 15 de octubre:
“en las calles sobre
la transitada Rosales y la Dr. Paliza las piedras zumbaban, rebotaban en las
paredes y rompían cristales mientras decenas de eufóricos jovenzuelos corrían
alocadamente lanzando proyectiles con palos,
varillas, cintos y otras armas ofensivas en sus manos. Los sucesos comenzaron a
las 15:30 horas cuando un grupo de activistas quizo
convencer a los estudiantes que estaban en las aulas para que las abandonaran”
Así también, en la
prensa local del día 20 de octubre de 1973 se leía el reporte noticioso
siguiente:
“Anoche fue entregado en nuestra
redacción (periódico El Imparcial) un comunicado al director de la Escuela de
Ingeniería, Ing. Sergio Figueroa, en el que los estudiantes
...X.... y ...Y.... reclaman al mismo haber actuado parcialmente al
decretarse la expulsión de los dos y de ...Z.... debido a que el activista
...W..... se lió a golpes
sacando la peor parte con un joven fuera de los terrenos universitarios. El
pleito ocurrió antier, habiendo muchos testigos de ello, sin embargo, al
presentarse ..W... en la Escuela de Ingeniería, a
pesar de que declaró como habían sucedido los hechos, los activistas de dicha
Escuela responsabilizaron ante el Director a ...X...,
...Y.... y ....Z..., por lo que el Consejo Técnico decretó la expulsión de los
tres según manifiesta la sociedad de alumnos”.
En otra información
dentro de la misma fuente se lee la noticia:
“ la
Procuraduría General de Justicia informó anoche que se presentó acusación de
lesiones graves que ponen en peligro la vida en contra de ...C... , ...O... y
...M.... El delito fue cometido en perjuicio de ...X...
, quien está encamado en el Hospital General del Estado con hundimiento de
cráneo a consecuencia de los golpes que recibió al ser agredido por los antes
mencionados. También están acusados de lesiones simples en perjuicio de ...G...”
Hemos tomado este ejemplo de
violencia, dentro de una larga e inconmensurable lista que se produjo durante
este tiempo, en donde se demuestra que las autoridades de la Escuela de
Ingeniería deciden expulsar a tres estudiantes por haber participado
indirectamente en la producción de lesiones a otro compañero; otros estudiantes deciden vengar la afrenta,
llegando el afectado incluso a ser hospitalizado en su carácter de gravemente
herido. Las denuncias judiciales eran lo común en aquel tiempo, lo cual motivó
a que el Consejo Universitario emitiera una delicada resolución el día 20 de
Octubre:
“Facultar a la
Rectoría para que aplique la sanción de expulsión a los miembros de la
comunidad universitaria respecto de quienes se ha librado orden de aprehensión
por la autoridad judicial competente en caso de que la misma resuleva su situación jurídica mediante auto de formal
prisión, con fundamento en la fracción II del artículo 38 de la Constitución
Federal”
Pero además, aparecía otra de mayor
envergadura:
“Se acordó también
solicitar la intervención del Poder Público, por conducto de la Rectoría, para
lo siguiente: Penetrar a los campus universitario, sea en esta ciudad o en las
unidades académicas en el resto del Estado a fin de llevar a cabo la
aprehensión de personas contra quienes se haya dictado orden de aprehensión por
delitos de la competencia de la autoridad judicial; en caso de que se
encuentren armas de cualquier clase no destinadas al uso de la seguridad de los
campos universitarios, se decomisen. En el caso de que se realicen actos
delictuosos in-fraganti, se proceda a la detención de personas a quienes se
sorprenden en dichas circunstancias y para que se desaloje de los campos
universitarios locales o foráneos a toda
persona que no justifique satisfactoriamente ser autoridad, estudiante,
trabajador o que en alguna forma tenga relación lícita con las actividades
universitarias”
Indudablemente que esta medida fue un
segundo ultimátum, ya que al autorizarse al rector para permitir el ingreso de
la fuerza pública ésto ponía en serios aprietos al
movimiento estudiantil, considerando que existían demandas judiciales para 15
estudiantes inconformes. El día 21 de octubre, de nueva cuenta se constata el
desalojo de las instalaciones tomadas por los estudiantes y el rector, en
compañía de funcionarios, recorre el inmueble evaluando el estado de las
mismas, haciendo a su vez un llamado a toda la comunidad universitaria para
retornar a la vida académica.
Dentro de la controversial posición de
las autoridades universitarias y los estudiantes inconformes con la nueva Ley,
aparecían hechos delictivos que a la postre complicaron la fuerza de oposición.
Los periódicos y noticieros, alarmados con esos actos que lastimaban el orden
público, reprochaban una y otra vez las posiciones encontradas y los detalles
colaterales al mismo. En una ocasión un periodista (Enguerrando
Tapia, p. El Sonorense), divulgó comentarios inadecuados para las autoridades
de la Escuela de Ingeniería; este hecho inconformó a las mismas para lo cual se
enviaron sendas cartas de protesta que a continuación transcribiremos, dado que
en ellas se vierten informaciones adicionales de interés.
Sr. Enguerrando Tapia
Hacemos referencia a
su columna “mi libreta de apuntes” de fecha 20 de octubre del presente año. Nos
llamó mucho la atención se comente en general el problema universitario y se
hace referencia con forma negativa en cinco ocasiones a la Escuela de Ingeniería.
Se transcriben a continuación los párrafos citados.
“Ninguno de los
mencionados puede presumir de ser universitario, como tampoco lo es, al final
de cuentas, el Ingeniero ...A..., maestro de la
Escuela de Ingeniería, detenido por la Policía Judicial del Estado con
mariguana en su poder”.
“¡Que
sea expulsado de la Escuela de Ingeniería, el joven ...X..., el infortunado
muchacho que golpeado bárbaramente por los activistas se halla en el Hospital
General del Estado con fractura del cráneo”.
“DIFICIL
SITUACION la del Ingeniero Sergio
Figueroa, Director de la Escuela de Ingeniería; solapa a los mafufos, ayuda a los activistas y quiere expulsar a
muchachos con la cabeza fracturada por los enemigos de la UniSon,
todo por el temor de perder la chamba... De todos modos, cuando la Universidad
vuelva a serlo, la perderá... y no tardará mucho”.
“CABE MENCIONAR,
volviendo a los temas universitarios, que el Ingeniero ...A...,
maestro de la Escuela de Ingeniería, detenido antenoche con mariguana... ya
había estado preso por lo mismo en julio pasado. Sin embargo, salió libre y
siguió “enseñando” en la UniSon”.
“ESA PUNTADA del
Ingeniero Sergio Figueroa, de querer expulsar a tres buenos estudiantes de
Ingeniería, dizque porque presenciaron cuando un muchacho golpeaba a otro y no
intervinieron, es como si quisieran culpar a los corresponsables de presnsa de la guerra entre árabes y judíos”.
Está bién
clara la actitud de desprestigio que usted en lo personal ha estado llevando en
contra de la UNISON. Su columna constantemente y en forma tendenciosa hace
referencia exclusiva y sistemáticamente a los aspectos negativos que de tiempo
acá se han venido dando desafortundadamente en la
UNISON. Esta actuación de desprestigio sostenida por un Director de un
periódico se debe denunciar ante la opinión pública porque demuestra un interés
personal en perjudicar a nuestra Alma Mater, la cual atravieza
en estos momentos por una situación difícil que estamos seguros será superada.
Sus comentarios solamente contribuyen a desorientar a la opinión pública y a
agravar el problema universitario haciendo más difícil el camino de encontrar
una solución. A continuación comentaremos cada uno de los párrafos de su
columna a que antes hemos aludido:
El Profesor ...A...
es en efecto maestro de esta Escuela; como estudiante fue un alumno distiguido y como maestro se ha desempeñado en forma
satisfactoria, podemos afirmar además que cuenta con la estimación de nosotros
como universitario. Evidentemente el comportamiento de un profesor debe medirse
en el salón de clases, utilizar actos de la vida privada de un profesor para
enlodar el buen nombre de nuestra Escuela es obrar de muy mala fé.
El joven ...X... es en efecto alumno
de esta Escuela; el jueves pasado en reunión de este Consejo Técnico, autoridad
máxima de la Escuela de Ingeniería, se acordó pedir al Consejo Universitario su
expulsión por considerar que estaba involucrado en los hechos en que resultó
lesionado el estudiante de Ingeniería ...W...; ésto fue
discutido ampliamante en el Consejo técnico y como la
Ley Orgánica en vigor fija que el único organismo que puede decretar la
expulsión es el H. Consejo Univesitario es a este
organismo que será turnada la petición. Debemos aclarar que en el momento en
que se estaba llevando a cabo la sesión del Consejo técnico, aún no se conocía
el incidente lamentable en que resultó gravemente herido el joven
...X... Aclaramos lo anterior porque Usted dá
a entender que se trata de expulsar a una personada gravemente herida.
Dada la ignorancia y ligereza de
juicio que demuestra al atribuir al director de la Escuela un acuerdo del
Consejo Técnico, le aclaramos que los acuerdos tomados por este organismo se
hacen a base de mayoría de votos de las personas que lo integran. Afirmar como
Usted lo hace que es el Director quien es responsable del acuerdo es una falta
de respeto para las personas que formamos parte de él.
Afirma Usted que el Director de la
Escuela “solapa a los mafufos y ayuda a los
activistas”. Este Consejo técnico considera que son cargos difamatorios y
calumnias por la cual protestamos ante la opinión pública y autoridades
competentes. Hacemos constar la integridad moral del Ingeniero Sergio Figueroa
y sus méritos académicos y adminsitrativos, como lo
demuestra el hecho de que la Escuela de Ingeniería ha funcionado normalmente
hasta este momento a pesar del conflicto por el que atravieza
la Universidad.
Si bién es
cierto que no podemos evitar que siga comentando el problema universitario, le
pedimos que no contribuya a hacerlo más grave y presente lo hechos con más
objetividad.
Dado que las afirmaciones de su
columna se han presentado ante la opinión pública pedimos dé cabida en su
periódico a este escrito.
“EL SABER DE MIS
HIJOS HARA MI GRANDEZA
CONSEJO TECNICO DE LA
ESCUELA DE INGENIERIA
Firman: Ing. Juan
José Cervantes S., Ing. Jesús A. Corarles V., Ing. Sergio Figueroa, Profr. Gabriel Ibarra F., Alumno Carlos Julián López López, Ing. Víctor M. Martínez M., Ing. Josefina Ochoa R.,
Ing. José Peña y Peña, Ing. Sergio Peña Ríos, Dr. Francisco Querol
S., Dr. Héctor Daniel Ramírez Ballesteros.
Así también, el Ingeniero Figueroa
sintiéndose agraviado por los comentarios de descrédito recibidos decide
ampliar su protesta en el siguiente escrito:
Sr. Enguerrando Tapia
El 20 de Octubre del
presente aparecieron cinco párrafos en su columna Mi Libeta
de Apuntes donde hace Usted referencia
en su forma negativa a la Escuela de
Ingeniería en general y a algunos profesores en particular. Ya el Consejo
Técnico de esta Escuela ha tomado la determinación de refutar las afirmaciones
negativas que Usted hace contra la Escuela. En este escrito en forma personal
voy a contestar las acusaciones que hace Usted contra mi persona. Afirma Usted
que “Difícil situación la del Ing. Sergio Figueroa, Director d ela Escuela de Ingeniería; solapa a los mafufos,
ayuda a los activistas y quiere expulsar a un muchacho con la cabeza fracturada
por los enemigos de la UniSon, todo por el temor de perder la chamba.... De todos modos, cuando la Universidad vuelva a
serlo, la perderá.... y no tardará mucho... ”.
El escrito del
Consejo Técnico hace referencia a sus afirmaciones de solapar a mafufos, ayudar a activistas y querer expulsar a un
muchacho con la cabeza fracturada. Voy a comentar la razón que dice Usted que
yo tengo para hacer lo anterior: Temor a perder la chamba. Antes
de ser Director de la Escuela trabajaba en la Universidad como Analista de
Sistemas del Centro Electrónico de Cálculo, y era además Profesor de la Escuela
de Ingeniería. Mi trabajo en aquel entonces era totalmente técnico. El Control
presupuestal, la nómina del personal universitario, la elaboración de los
cheques corerspondientes, la conciliación bancaria y
parte del control escolar son trabajos que antes se hacían manualmente y que de
un tiempo acá se hacen con la computadora gracias a sistemas que fueron
diseñados por mí. Las aplicaciones que mencioné son todas del trabajo del tipo
administrativo que se hacen todos los días en la UNISON. En el aspecto
académico impartí cursos de computación para profesores de la Universidad que
posteriormente implementaron cursos de computación en sus respectivas Escuelas.
En junio de 1971 el Dr. Porfirio
Ballesteros que fungía como Director de esta Escuela salió de vacaciones y no
volvió más. En septiembre, y ya iniciado el ciclo escolar, presentó su renuncia
al puesto de Director de la escuela. Unos días después tanto las
autoridades universitarias como la mesa
directiva de la Sociedad de Alumnos hablaron conmigo considerando la
posibilidad de que me hiciera cargo de la Dirección de la Escuela. Después de
meditarlo ampliamente decidí aceptar. ¿Por qué lo hice?.
Debo decirle que la diferencia en sueldo era mínima, la responsabilidad mucho
mayor, el tipo de problemas relacionados con maestros y alumnos más difíciles
que los que pudiera plantear una computadora. Acepté porque la Escuela pasaba
en aquel entonces por una situación de crisis. La Escuela tenía solo tres
profesores de carrera. Había cinco plazas de profesores de tiempo completo
vacantes y el ciclo escolar ya se había iniciado. Esto lo consideré como un
reto y quise luchar por mejorar la situación de la Escuela. Actualmente la
Escuela tiene una planta de dieciséis profesores de carrera de los cuales
quince están en la ciudad y uno está haciendo estudios de posgrado en el
extranjero. De nuestra planta de profesores de carrera ocho tienen estudios de
posgrado, cinco en el extranjero y tres en el país. De los otros siete
profesores, tres se marchan en septiembre próximo a hacer restudios de posgrado
en el extranjero porque están rodeados de un ambiente académico que les obliga
a desear superarse para desempeñar mejor el cumplir con las actividades
confiadas a ellos como profesores de la Escuela de Ingeniería. Temor a
perder la chamba. Es un hecho innegable que en nuestro país existen
grandes contradicciones sociales, que los humildes forman mayoría, que para éstos es cada vez más
difícil sobrevivir como seres humanos, pero siempre he afirmado que todo aquel
que termina una carrera universitaria ha solucionado su probelma
personal de subsistencia y debe de alguna manera contribuir a ayudar a resolver
este probelma a los que sí lo tienen. No tengo “temor
de perder la chamba”: le aseguro Sr. Tapia que si en este momento
dejara de trabajar en la UniSon y por alguna razón me viera despojado de todos
mis bienes materiales que poseo, mi familia estaría totalmente protegida. El
problema es de valores, los que hacen que yo viva una vida feliz no están
cimentados principalmente en el bienestar económico. De profesor Universitario
nadie se hace rico. En la Universidad uno espera otro tipo de satisfacciones.
No le voy a decir que me agradaría dejar súbitamente de trabajar en la UNISON,
indudablemente que tendría algunos problemas, pero subsistir no es mi problema,
y estoy seguro que el mal rato pasaría pronto. Temor a perder la chamba.
Un trabajo que debiendo ser académico se ha tornado eminentemente político. Un
trabajo donde se reciben ataques de los grupos extremistas a través de la
prensa (Tanto Usted como su entrañable amigo el Chino Araiza me han estado
atacando públicamente a través de los periódicos Sonorense e Información). Este
hecho puede explicar mejor que ningún otro mi postura: mal con los dos bandos,
porque no hay a cual ir, al qué escoger entre el anárquico infantilismo de la
izquierda y lo más reaccionario de la recalcitrante derecha. Y respecto de
consideraciones materiales para no querer “perder la chamba” creo
prudente decirle que voy para el tercer año con el mismo sueldo que los
profesores universitarios, no disfrutamos de servicio médico, ni de préstamos
de pensiones, ni compramos automóviles a precios del gobierno, ni pertenecemos
al ISSSTE, ni al ISSSTESON, ni al Instituto Mexicano del Seguro Social. Que el
futuro en cuanto a este tipo de servicios se vé igual
pués si en 31 años de calma no se ha logrado dar
las más mínimas prestaciones (este solo
hecho justifica la salida del Patronato), difícilmente puede pensarse que ésto se logre en un futuro cercano.
Suplico tenga a bién
publicar esta carta en su periódico.
ING. SERGIO FIGUEROA
Director
Durante el mes de Noviembre de 1974 la
Universidad siguió en un proceso de estabilización; mientras se debatían en el
juzgado las demandas, el Rector organizaba las comisiones electorales para para
establecer los Consejos Directivos de las Escuelas, no sin hacer acto de
presencia los frecuentes mítines de protesta que seguían escuchándose. El día
29 de Noviembre se sucitó uno más en el edificio
principal, aunque el Rector seguía despachando en su domicilio.
El mitin empezó
después de las 4:00 PM, tras un incidente en la Escuela de Ciencias Químicas
donde un nutrido grupo de estudiantes participaba en un baile informal con un
conjunto musical organizado por una de las candidatas a madrina de esta
escuela. Debido a que la mayoría de los estudiantes habían preferido ir al
“conjunto” que al mitin, un grupo de activistas se presentó e impidió que
continuara la fiesta.
Evidentemente, la tranquilidad
académica se perdió en buena parte de este tiempo, y los estudios se realizaban
entre golpes, piedras y palos en una guerra de puntapiés bajo los pupitres. En
ese tono las actividades académicas en la Escuela de Ingeniería continuaban,
aclarando en verdad que la mayoría de los estudiantes se concretaba a ver pasar
a uno y otro bando intercambiando actos
vengativos, sin saber a ciencia cierta quién la había iniciado. Entre
los profesores, es digno mencionar que la mayoría se solidarizaba en torno al
Ing. Sergio Figueroa Balderas, quién logró que las clases se
interrumpieran lo menos posible durante
el período turbulento de la Universidad, y no solo éso,
sino además continuó con la tarea de organizar eventos tales como un curso de
Mecánica de Suelos efectuado el 10 de Septiembre por el Ing. Alfonso Rico
Rodríguez, un Seminario de Concreto Reforzado y un curso corto de tres sesiones
impartido por el Ing. Raúl Marsal a partir del día 6
de Diciembre de 1973, consistente en el Diseño y Construcción de Presas de
Tierra y Enrocamiento.
Dentro de los sucesos importantes en
esas fechas, por el día 3 de diciembre se tuvo la visita del Presidente de la
República Lic. Luis Echeverría Alvarez a la Ciudad de
Hermosillo, tres meses después de haber protestado como gobernador el Lic. Carlos Armando Biebrich Torres. No se hizo esperar una comisión de
universitarios para hacerle llegar un pliego de peticiones a través del rector Castellanos, en donde destacaba la solicitud de duplicar el
subsidio federal. En su dicurso, el presidente se
expresó bién de la labor del rector de la Universidad
de Sonora; días más tarde el Lic. Echeverría contestaría con la aportación de 1
millón de pesos a la Universidad.
Respecto a la Escuela de Ingeniería,
es importante hacer notar que durante el mes de octubre se había vencido el
período directivo de cuatro años iniciado
por el Dr. Ballesteros en 1970, mismo que fue continuado de manera relevante
por el Ing. Figueroa. Debido a los acontecimientos sucitados,
no se había atendido este requerimiento hasta que en el mes de Enero el Rector
decide iniciar este proceso. Al respecto los profesores de la Escuela deciden
manifestarse y en un escrito publicado el día 9 de Enero de 1974 explican su
postura:
Sr. Lic. Alfonso
Castellanos I.
Rector de la
Universidad de Sonora
Presente.
Con motivo del
próximo nombramiento de Coordinador Ejecutivo de nuestra Escuela, los abajo
firmantes miembros de la misma, consideramos necesario debido a la influencia
tan importante que Usted puede tener en la elección de dicho Coordinador,
solicitarle de la manera más atenta que el Ing. Sergio Figueroa Balderas quede
incluido en la terna que para tal motivo envíe, o en su caso, sea nombrado por
Usted Coordinador de la Escuela de Ingeniería.
La presente solicitud
se fundamenta en lo siguiente:
a) Consideramos que
la formación académica del Ing. Sergio Figueroa (licenciatura, maestría y
estudios de doctorado) es idónea para el puesto de Coordinador.
b) Desde el ingreso del Ing. Figueroa a la
Universidad de Sonora ha demostrado su capacidad técnica, elevando el nivel
académico de la Escuela tanto en la integración de la planta de maestros como
su aportación directa en la elaboración de planes de estudio y en las cátedras
impartidas por él.
c) En cuanto a su
capacidad administrativa no existe duda de nuestra parte de que es la persona
mejor preparada de nuestra Escuela para el puesto de Coordinador.
Por el bién
de la Escuela y de nuestra Universidad esperamos vernos favorecidos con su
atención.
PROFESORES DE TIEMPO
COMPLETO: Ignacio Ayala Z., Jesús A. Corrales V., Fernando Gutiérrez C., Juan
José Cervantes S., Gabriel Ibarra Félix, Víctor M. Martínez M,.,
Josefina Ochoa R., Sergio Peña Ríos, Francisco Querol,
Héctor D. Ramírez B., Guillermo A. Salas P. y José H. Salazar E.
PROFESORES DE HORAS
SUELTAS: Ernesto Acuña R., Jesús Aguilar C., Cliserio
Castro, Eduardo Cázarez, Ariel Echávarri,
Fortunato Garibaldi, Roberto González A., Héctor Jiménes
I., Daniel Marín B., Manuel Mendoza R., Oscar F. Jiménez A., Federico Fuentes R., José Peña y Peña,
Rigoberto Reynoso, Adolfo Salas B., Cesar A. Silva, Manuel Soaje,
Sonia Sotomayor, Armando Terán R., Gustavo Valdés M., Héctor Valdés R., José M.
Vallejo S. y Luis G. Vite.
A pesar de esta solicitud apoyada por
la gran mayoría de profesores de la planta docente de la Escuela de Ingeniería,
el Lic. Castellanos hizo caso omiso de la misma, evitando incluir al Ing.
Figueroa y nombrando a la terna formada por los Ingenieros Ignacio Ayala, José
Peña y Peña y Víctor M. Martínez M.; esta terna se presenta el mismo día en que
se instaló por vez primera el Consejo Directivo de la Escuela. Ninguno de los miembros de la terna logró
conseguir las 2/3 partes de la votación dentro del Consejo Directivo. Con esta
respuesta estaba claro que el Rector Castellanos no comulgaba con la idea de
ver de Coordinador al Ingeniero Figueroa... su plan era distinto. No obstante,
los profesores integrantes de la terna trataron de convencer al Lic.
Castellanos mediante un comunicado aparecido el día 9 de Enero de 1974
diciendo:
Sr. Lic. Alfonso
Castellanos Idiáquez
Rector de la
Universidad de Sonora
Presente.
Los abajo firmantes, fuimos informados
por el Secretario de la Escuela de Ingeniería y un grupo de Maestros de Tiempo
Completo de la misma, que al hablar con Usted les informó habernos escogido
como integrantes de la terna de la cual el Consejo Directivo de la Escuela eligirá al Coordinador Ejecutivo de la misma. Estando
enterados del escrito que con fecha 8 de enero del presente una mayoría
abrumadora del personal docente de la Escuela dirige a Usted solicitándole la
inclusión del Ing. Sergio Figueroa en la terna antes mencionada, por medio de
la presente solicitamos a Usted se modifique la terna para que se incluya en
ella al Ing. Figueroa.
A T E N T A M E N T E
Ing. Ignacio Ayala
Zazueta Ing. José Peña y
Peña Ing. Víctor M. Martínez M.
Del mismo modo, al
notar lo anterior, la Sociedad de
Egresados y del Colegio de Ingenieros Civiles,
enviaron sendas cartas al rector
ratificando el apoyo al Ing. Sergio Figueroa:
A LA OPINION PUBLICA
A LA COMUNIDAD
UNIVERSITARIA
Los egresados de la Escuela de
Ingeniería de la Universidad de Sonora queremos manifestar nuestro apoyo a la
petición que hacen los maestros de la Escuela en el sentido de que se designe
al Ing. Sergio Figueroa Balderas Coordinador del Consejo Directivo de la
Escuela de Ingeniería, pues tiene una amplia formación académica, ha logrado en
su ejercicio como Director mejorar notablemente nuestra Escuela y tiene
cualidades administrativas necesarios para el puesto.
ASOCIACION DE
EXALUMNOS DE
LA ESCUELA DE INGENIERIA
ING. ALFONSO MENDOZA
OCHOA
PRESIDENTE
MIEMBROS RADICADOS EN
LA CD. DE MEXICO: Arturo Blanco L., Fernando Casillas R., Juan Encinas B.,
Carlos Espinoza C., José Ma. Gallegos C., Jorge Gallegos C., Jaime Martínez S.,
Ramón Rendón O., Fernando Salazar P., Edilberto Valdez Z. y Luis A. Valverde A.
MIEMBROS RADICADOS EN
EL TERRITORIO DE BAJA CALIFORNIA: Ing. Armando Encinas B., Francisco Peña D.,
Pedro Tomás Sánchez S., Miguel A. Tellechea R. y Jorge Lázaro P.
MIEMBROS RADICADOS EN
EL ESTADO DE GUERRERO: Marco A. Islas R. y Enrique Rivera R.
MIEMBROS RADICADOS EN
EL ESTADO DE NUEVO LEON: Arsenio Cienfuegos D. y Gustavo Luna E.
MIEMBROS RADICADOS EN
ESTADOS UNIDOS: Fernando F. López B. y Santiago Salcido M.
MIEMBROS RADICADOS EN
EL ESTADO DE SONORA: Héctor L. Burruel T., Antonio Canale H., José Corella M., Arturo Corrales V., Javier
Garay, José M. Gil A., Jorge Gómez del Campo L., Roberto Gómez del Campo L.,
Fernando Gutiérrez C., Javier Hernández P., Jesús A. Landavazo
G., Jesús A. Larios G., Francisco Noriega A., Ismael Norzagaray
L., Josefina Ochoa R., Carlos Ortiz C., Sergio Peña R., Héctor D. Ramírez B.,
Guillermo Rivera R., Javier Ruiz F., José H. Salazar E., Héctor Seldner L. y José M. Vallejo S.
Así también, el
Colegio de Ingenieros Civiles se manifiesta el 10 de Enero del modo siguiente:
A LA OPINION PUBLICA
DEL ESTADO DE SONORA
A LA COMUNIDAD
UNIVERSITARIA
A LOS MAESTROS Y
ESTUDIANTES DE LA ESCUELA DE INGENIERIA
El 9 de Enero apareció en algunos
diarios locales un desplegado dirigido al Sr. Lic. Alfonso Castellanos
Idiáquez, Rector dela Universidad de Sonora, donde una mayoría aplastante de
profesores de la Escuela de Ingeniería le pide al Sr. Rector que incluya en la
terna o en su defecto nombre al Ing. SERGIO FIGUEROA Coordinador del Consejo
Directivo de la Escuela. El Colegio entiende como uno de sus deberes fortalecer
los lazos de unión entre él y la Escuela, pues de este hecho solamente
beneficios pueden derivarse para ambas instituciones. En virtud de lo anterior
y conociendo la alta formación
profesional y académica y su brillante
trayectoria en su período como Director de la Escuela, manifestamos
públicamente nuestro apoyo y a su vez confiamos en que las altas autoridades
universitarias actuando con criterios estrictamente universitarios designen
Coordinador al Ing. Sergio Figueroa.
COLEGIO DE INGENIEROS
CIVILES DE SONORA
Jorge Gómez del Campo
Laborín
Presidente
Ninguna de estas misivas surtió
efecto, y sometiéndose de nuevo la misma terna sin alcanzar ninguno de ellos la
mayoría necesaria para la elección de Coordinador Ejecutivo dentro del Consejo
Directivo de la Escuela, el día 12 de Enero de 1974 el Rector Interino Lic.
Alfonso Castellanos I. nombra como primer Coordinador Ejecutivo del Consejo
Directivo de la Escuela de Ingeniería al
Capitán Víctor Manuel Yañez Madrid, un discreto profesor de matemáticas de la
Escuela Preparatoria Central con un currículum insatisfactorio al decir de los
miembros de la comunidad académica de la Escuela. Ese día sábado 12 de Enero
quedaba instalado el Consejo Universitario, como el Rector Castellanos lo
prometió, con la designación oficial de los representantes maestros, alumnos,
Coordinadores Ejecutivos y demás miembros.
Pero la decisión del Lic. Castellanos no iba a ser
tomada tan a la ligera, y su accionar fue considerado como un atropello a la
imagen y prestigio defendido por los profesores desde sus comienzos 16 años
antes, al grado de que fue tal su indignación que ello condujo a la renuncia de
la mayor parte de la planta docente de tiempo completo, quienes en una carta
publicada el día 27 de Enero de 1974 exponen sus argumentaciones:
Sr. Rector Lic. A.
Castellanos I.
El día 12 de Enero de 1974 designó
Usted al Capitán Víctor Manuel Yañez Madrid
Coordinador Ejecutivo de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Sonora.
Al Capitán Yañez difícilmente podrá encontrársele
algún mérito para tal designación, pues no es profesor de la Escuela de
Ingeniería y nunca ha impartido clases en la misma, siendo únicamente profesor
de la Escuela Preparatoria. Al hacer Usted la designación ignoró a una mayoría
aplastante de profesores de la Escuela que pedíamos que la designación recayera
en el Ing. Sergio Figueroa, compañero de trabajo nuestro durante varios años, y
quién con su desempeño como Director de la Escuela había demostrado ser la
persona más capacitada para dicho puesto. Ignoró Usted también los deseos de
los egresados de la Escuela y del Colegio de Ingenieros Civiles de Sonora en el
mismo sentido.
Ante los hechos hemos reflexionado y
llegado a la conclusión de que debemos separarnos definitivamente de la Escuela
de Ingeniería de la Universidad de Sonora, por lo que, por medio de la presente
presentamos nuestra renuncia con carácter de irrevocable. Brevemente
resumiremos las razones principales que motivan nuestra decisión:
1. Como trabajadores
intelectuales nos molesta profundamente que el Rector de la Universidad de
Sonora, quién debería de ser nuestro líder en todo sentido, muestre una falta
de respeto de tal magnitud para un grupo de profesores que estamos coadyuvando
a educar a jóvenes sonorenses con el propósito de que contribuyan al desarrollo
económico y social del Estado de Sonora y de México,
2. La Nueva Ley
Orgánica de la Universidad de Sonora, en su exposición de motivos habla de dar
una mayor participación a profesores y
estudiantes en las principales decisiones de la Universidad. Solo
podemos encontrar en nuestro caso un ejemplo rotundo de que las Autoridades
Universitarias no han sabido o querido interpretarlo así, ya que su decisión es
una contradicción total con lo expresado en dicha exposición,
3. En general, en el
plano universitario, ésta es una muestra clara de una política en la que el
objetivo académico queda eliminado, de la cual ningún bién
podrá derivarse para la Universidad de Sonora, por tanto ha desaparecido toda junstificación para permanecer en la Institución pues ha
dejado de cumplir con su objetivo de preservar , crear y difundir la cultura.
Suplicamos a Usted haga efectiva esta
renuncia a partir del día primero de febrero de mil novecientos setenta y
cuatro.
Profesores de Tiempo
Completo:
Ing. Josefina Ochoa
Ruiz, Ingeniero Civil Universidad de Sonora, Maestría en Ciencias Instituto
Tecnológico y Estudios Superiores de Monterrey,
Ing. Arturo Corrales
V., Ingeniero Civil Universidad de Sonora,
Dr. Héctor Daniel Ramirez, Ingeniero Civil Universidad de Sonora, Maestría en
Ciencias Universidad de Berkeley, Doctorado en Ingeniería Universidad Técnica
de Dinamarca,
Ing. José H. Salazar
E., Ingeniero Civil Universidad de Sonora, Maestría en Ciencias Universidad de Northwestern,
Ing. Sergio Peña
Ríos, Ingeniero Civil Universidad de Sonora, Maestría en Ciencias Universidad
Nacional Autónoma de México,
Ing. Fernando
Gutiérrez, Ingeniero Civil Universidad de Sonora, Maestría en Ciencias
Universidad Nacional Autónoma de México
Profesores de Horas
Sueltas:
Ing. José Miguel
Vallejo, Ing. José Peña y Peña, Ing. Manuel Mendoza, Prof. Adolfo Salas, Prof.
César Silva, Prof. Gustavo Valdés, Prof. Héctor Valdés, Prof. Ernesto Acuña,
Prof. Roberto González, Prof. Manuel Soaje, Prof.
Armando Terán, Prof. Federico Fuentes, Prof. Clicerio
Castro, Prof. Oscar Jiménez, Ing. Fortunato Garibaldi. (ccp.
H. Consejo Universitario).
Indudablemente que la actitud asumida
por este notable grupo de profesores tenía fundamentos suficientes para
inconformarse con la designación, pero la decisión de separarse de la
Institución fue un duro golpe para el historial académico y el capital
intelectual que se iba acumulando en la Escuela de Ingeniería; el Ing. Ignacio Ayala Zazueta (ya finado)
y el Ing. Víctor M. Martínez M. destacan
dentro de los pocos profesores que habrían de permanecer en la institución
evitando involucrarse en el proceso de apoyo a la renuncia. La mayoría de los
maestros, como puede verse, son egresados de la Escuela de Ingeniería y algunos
de ellos con estudios de posgrado en México y el extranjero que estaban
realizando una enorme labor al servicio de la docencia. El Dr. Daniel Ramírez
B., primer egresado, notable Ingeniero y brillante discípulo del Ing. Delgado
también habría de renunciar a su puesto, llevándose con ellos una orgullosa
etapa en la historia de la Escuela de Ingeniería.
En la prensa apareció el día 8 de
Febrero un comunicado donde la Organización Nacional de Estudiantes de
Ingeniería levanta su voz manifestando
su “más enérgica protesta ante las autoridades correspondientes por los
últimos acontecimientos”, culpando de los hechos a la actual Ley Orgánica
aprobada por el Congreso del Estado el año anterior. Ahí mismo se comunica que
el 21 de los corrientes se efectuaría una jornada nacional de solidaridad y en
la cual habrían de participar todas las Instituciones afiliadas a la ONEI. Poco
se supo de los resultados.
Días después, el 4 de Marzo de 1974,
el Capitán Yañez Madrid solicita licencia al cargo
por unos días debido a que, según lo declaró,
“como maestro de matemáticas de la Preparatoria, tengo que dedicarme
por completo al período de regularización de esta materia...”. En tal circunstancia, el Ing. Gabriel Ibarra
Félix, secretario de la Escuela de Ingeniería en funciones, toma el cargo en su
carácter de Coordinador Ejecutivo Interino. El Ing. Ibarra recién había
presentado su examen profesional un mes antes,
el día 8 de Febrero, con su tesis intitulada “.....”, y cuyos sinodales
fueron el Ing. Víctor M. Martínez M., el Ing. Ignacio Ayala Z., el Ing.
Guillermo Salas Pizá y el Ing. Horacio Block Rubio, éste último fungiendo como sinodal invitado.
El Ing. Ibarra fue un brillante estudiante que fungía como profesor de horas
sueltas al momento de su designación como Secretario, cuando el Capitán Yañez asume la Coordinación de la Escuela; él obtuvo excelentes calificaciones y era de
reconocido talento.
En el marco de estos acontecimientos,
la Ciudad de Hermosillo se estremecía también con los hechos violentos
acaecidos. Es en este mismo mes de Febrero cuando las agresiones planeadas por
jóvenes universitarios terminarían con la vida de una víctima inocente: el
Sargento Enrique Morales Alcántar (“Moralitos”). Por la noche del 18 de Febrero, dos impactos
de bala sobre el cuerpo del humilde policía lo hirieron gravemente segando su
existencia 9 días después. El infortunado policía diariamente servía de
vigilante en las inmediaciones de la Universidad, sobre todo frente al edificio
de la Escuela Alberto Gutiérrez, y ha sido merecidamente recordado con un
monumento a las afueras del edificio. Los presuntos culpables eran
universitarios pertenecientes a un grupo político-terrorista. El día 19 de
Febrero, de nueva cuenta sucede un encuentro violento con las autoridades que
puso fin a la existencia de otro universitario e hiriendo a uno más, el que
lamentablemente pierde la vida 5 días después víctima de las heridas de bala.
Estos hechos ponen en evidencia la magnitud de la inestabilidad prevaleciente
en esa época, no solo en la Ciudad, sino en el país entero, pues se conocían de
actos similares en las Universidades de Sinaloa, Puebla, y en la misma
Universidad Nacional Autónoma de México.
Con relación a nuestra Escuela, debido a
esta lastimosa situación de renuncia múltiple de académicos de principios de
febrero, y a sabiendas de que no
disponían de profesores suficientes para continuar con el trabajo docente, la
Universidad recurrió a una solución
obligada: importar profesores de otras partes del País. La labor fue titánica,
pero en menos de un mes se creó una nueva planta de maestros, y es en esa época
que ingresan profesores tales como el reconocido Dr. Armando Flores Victoria,
un distinguido Ingeniero egresado de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, así
como el Ing. Jesús Nájera, con doctorado en Geohidrología
en la Universidad de Colorado.
Para el verano de 1974 los profesores
de la Escuela eran los siguientes:
Profesores de Tiempo
Completo:
Ing. Juan José
Araujo, Ing. Ignacio Ayala Z., Narciso Campos A., Armando Flores Victoria, Salim Giacomán Mah., Fernando López Bernal, Víctor M. Martínez M.,
Abelardo Mayoral, Fausto Rodríguez, Fedro Zazueta y Gabriel Ibarra Félix.
Profesores
Visitantes:
Guillermo Lizárraga,
Sergio Maldonado, Jesús Alberto Monroy, y Jaime Reyes.
Respecto a la aplicación de la nueva
Ley Orgánica 103, el Lic. Castellanos
inicia en el mes de abril a través del Consejo Universitario un proceso
electoral para seleccionar Consejeros Universitarios definitivos, ya establecidos los Consejos Directivos de
las Unidades Académicas; es así que el
día 22 de mayo de 1974 queda instalado el primer Consejo Universitario bajo el
nuevo precepto legal, aunque de manera
incompleta ya que la Federación de Estudiantes no fue incluida así como la
representación de maestros y alumnos de la Escuela de Altos Estudios, quienes
por su propia voluntad desistieron de participar; también quedaron fuera la
Coordinación y los consejeros maestros de la Escuela de Economía. Por parte de
la Escuela de Ingeniería participaron: el Ing. Gabriel Ibarra Félix, como
Coordinador Ejecutivo de la Escuela; el Ing. Víctor Manuel Martínez M., maestro
propietario; el Ing. Ignacio Ayala Zazueta, como maestro suplente; el estudiante
Fernando Montaño Bermúdez y Sergio López Araujo, como alumno propietario y
suplente.
Durante el mes de Mayo se inicia en la
UniSon el proceso para elegir rector definitivo, ya
que como era de todos conocido, la renuncia del Dr. Federico Sotelo en abril de
1973 motivó la designación provisional por un año en favor del Lic. Alfonso
Castellanos Idiáquez. Solo hubo dos candidatos, el mismo licenciado Castellanos
quién fue apoyado en la campaña electoral por varios coordinadores de las
Escuelas, entre los que destacaba el Ing. Gabriel Ibarra de Ingeniería;
Mercedes Corral de la Preparatoria; Emma Corella de Enfermería, y Rubén
Gutiérrez Carranza (a. “El Glostora”) de la
Secundaria. El otro candidato a la Rectoría era un profesor de la Escuela de
Ciencias Químicas poco conocido entre la comunidad universitaria pero
propietario de un amplio currículum como docente e investigador: el Ing.
Fernando Orozco Ferreyra. La votación se realizó el
día 15 de junio entre los miembros del Consejo Universitario quedando ganador
el Lic. Castellanos por una votación mayoritaria de 40 votos a favor, 6 en
contra y una abstención. De este modo, el Lic. Castellanos asume la
administración de la Universidad de Sonora por el período comprendido entre
1974 y 1978, uno de los períodos más controversiales en la historia
universitaria.
¿Quién era Alfonso
Castellanos Idiáquez?. He aquí algo de su extenso curriculum.
Nació en la Cd. De
Oaxaca el 17 de Junio de 1903 y murió el 28 de mayo de 1989 (contaba con 71
años al momento de ser electo rector). Llegó a Sonora en 1936 y siempre se
desempeñó como docente desde la creación de la Universidad en 1942, de la cual
participó como fundador junto con otros respetables profesionistas.
Sus primeros cuatro
años de Primaria los cursó en la Escuela “Porfirio Díaz”; los otros dos en una
denominada “Pestalozzi”. El narra: “mi madre quería que yo fuera carpintero;
entré a trabajar en eso pero solo duré ocho días... no me agradó. Me pasé a la
joyería... en eso trabajé cuatro años, pero por vocación; allí llegué a ganar
50 pesos”. Relata que sus antiguos compañeros lo entusiasmaron para que
siguiera estudiando y que él mismo se convenció que no le agradaba la vida de
asalariado y en 1922 se inscribió en el Instituto de Ciencias y Artes del
Estado de Oaxaca, donde se enseñaba el Bachillerato General (de 6 años) y
egresó en 1927. Desde entonces se inclinó por la cátedra. Empezó como ayudante
del maestro de primer curso de matemáticas. Después fue maestro de la Escuela
Normal de Oaxaca donde impartía clases de Cosmografía y Psicología.
Posteriormente impartió clases de Física Superior y Lógica en el cuarto año de
Bachillerato, luego doctrina filosófica en el sexto año en el mismo Instituto.
Y sigue comentando: “... allí tuve como alumnos al licenciado Gustavo Díaz
Ordaz y a Rodolfo Brena Torres, quienes fueron
Presidente de la República y Gobernador de Oaxaca respectivamente”. En
abril de 1934 se tituló como agobado y en 1935 se
casó con Mercedes Jiménez con quien procreó cuatro hijos: Arcelia, Miguel Angel, Alfonso y Gloria Susana. Fue en 1936 cuando llegó a
Sonora invitado a desempeñarse como actuario en el Juzgado de Distrito. Al año
siguiente pasó a trabajar en la Secretaría del Juzgado. En Nogales también
practicó la cátedra dando clases de Lógica en la Preparatoria Federal a
petición del profesor Alfonso Acosta, director de la misma. En 1941 abandona el
Juzgado “porque no quería ser burócrata siempre”. En la ciudad de
Hermosillo, los licenciados Manuel Gándara y Rafael Navarrete -hermano del
Arzobispo don Juan Navarrete y Guerrero, hombre muy querido en Sonora también
originario de Oaxaca-, le auxiliaron para establecerse como defensor de oficio,
adscrito al Supremo Tribunal ejerciendo la profesión libremente. A los pocos
años renuncia y se queda como litigante. En 1941, recién llegado a Hermosillo, fue
designado representante del Director del Instituto donde hizo sus estudios en
la ceremonia de colocación de la primera piedra de la Universidad de Sonora. Ya
inaugurada la Universidad de Sonora, el Lic. Castellanos se incorpora a la
docencia como maestro de segundo y tercer año del curso de Civismo, y de los
cursos de Astronomía en la Preparatoria y la Normal. En la Escuela de Comercio,
al fundarse, impartió las cátedras de Derecho Constitucional, Administrativo y
Mercantil sucesivamente. En 1953 surgió la inquietud de abrir la Escuela de
Derecho patrocinando la idea la Asociación Sonorense de Abogados durante la
convención anual de ese año; en el mes de septiembre del mismo entró en vigor
la nueva Ley Orgánica de la Universidad constituyéndose el primer Consejo
Universitario que eligió como rector al Ing. Norberto Aguirre Palancares. Es así como el recién nombrado rector reune a la Asociación de Abogados antes mencionada y decide
abrir la Escuela de Derecho con el compromiso de que la Asociación
proporcionaría los maestros y el rector el financiamiento. El Lic. Castellanos
participa como maestro fundador de la carrera en colaboración con los
Licenciados Fortino López Legaspi, Miguel Ríos Gómez
y Abraham F. Aguayo, bajo la dirección del Lic. Enrique Michel. En 1956
renuncia el Lic. Michel entrando a sustituirlo el Lic. Castellanos bajo la
aprobación del Consejo Universitario de aquella época. El cargo lo ocupó hasta
1965. Fue maestro permanente del curso de primer y segundo año de la cátedra de
Derecho Civil. El 29 de marzo de 1973 a petición de alumnos y maestros se le
nombró Rector provisional en sustitución del Dr. Federico Sotelo Ortiz. Durante
sus años de Preparatoria obtuvo cuatro medallas de honor al mérito que solo se
concedían a quienes hubiesen obtenido la calificación máxima y menos de diez
faltas al año. Esta medalla la logró otras cuatro veces cuando fue alumno de la
Carrera de Leyes. Como secretario del Juzgado recibió una felicitación especial
de la Suprema Corte de Justicia debido a su actuación. Fue socio fundador y
presidente de la Asociación Sonorense de
Abogados, que luego se convirtió en Colegio Sonorense de Abogados y últimamente
como Barra Sonorense de abogados; ha sido miembro antiguo del Club de Leones de
Hermosillo afiliado desde 1946. El Licenciado Castellanos comenta: “... si
algo da resultado en la vida es la afición al estudio. Consagrar la mayor parte
de la vida a cultivarse y nunca dejar de hacerlo, pues más en este siglo de
grandes avances, es necesario. Se necesita estar muy dedicado para abarcar
algo... al alumno debe enseñársele como si estuviéramos en una carrera de
relevos. Hay que darle la estafeta. Yo no voy de acuerdo con quienes no dan un
100 de calificación porque consideran que el alumno no puede superarlos. Yo
creo que debe dar satisfacción que un alumno nos supere. Pienso que si se da
todo lo que uno sabe al alumno, se le ahorran energías y progesa
más. Yo trato de hacerlo así, enseñándoles mis anotaciones...”. Y continúa:
“el evento más importante de mi vida es servir a la Universidad, a ella le
he servido como hombre y como profesionista. La prueba está en que nunca me he
desligado de ella..”
En 1945 formó parte del Partido
Liberal Independiente para llegar a la Presidencia Municipal de Hermosillo
(encabezada por el Lic. Roberto Romero), fungiendo como regidor... “luchamos
contra todos y logramos que reconocieran nuestro triunfo”. Después se
incorporó a la candidatura del Lic. Fausto Acosta Romo quedando del lado
perdedor ...“siempre he tomado la política con ánimo positivo. Nunca he
militado permanentemente... siempre he buscado no mezclar las actividades
universitarias con la política; en este caso mi pensamiento es ciento por
ciento universitario”.
(Fragmentos de la
Entrevista realizada por Antonio Duarte García y publicada el 18 de Junio de
1975 en el Periódico “El Sonorense”).
Dentro de este proceso político a
nivel general universitario y lo vivido en la Escuela de Ingeniería en esta
primera mitad de 1974, podemos resumir
diciendo que la Escuela experimentaría en esta época un período de grandes
transformaciones bajo la presencia de no pocas dificultades de índole político.
A mediados de ese año tendría nuevo Director, nuevo Plan de Estudios, nuevo
Sistema de Inscripciones (plan de créditos), nueva planta docente y nueva Ley
Universitaria, todo ello bajo una creciente inconformidad estudiantil e
inestabilidad política que día a día amenazaba la tranquilidad que una Facultad
universitaria se merece. Conciente de ello, el Ing.
Ibarra, Coordinador Ejecutivo interino, decidió recibir afectuosamente a todos
los estudiantes de Ingeniería en el segundo semestre del año 1974 organizando
una recordada “polliza” gratuita. En las calles
contiguas al edificio de la Escuela, donde se hace la esquina, se instalaron
varias mesas y se repartió una suculenta orden de pollo asado a todos los
asistentes; además, se improvisó una función artística con payasos que fueron
presa fácil de la burla estudiantil; no pocos completaron la comida con cerveza
suficiente...jamás se volvió a repetir.