Un Legado del Porfiriato
Por Gilberto Escobosa Gámez
Abril de 1989
Salvo dos o
tres edificios antiguos de nuestra ciudad, todos los demás provienen de la
época del porfiriato en Sonora; la salvedad son la Capilla del Carmen, la
San Antonio y alguno más que escapa a la
memoria de este cronista. También tenemos muchas casas que sin ser edificios
grandes fueron construidas mucho antes de que el general Porfirio Díaz
triunfara con su Plan de Tuxtepec. Por ejemplo, la mayoría de los inmuebles que
se localizan en la calle Mina y la calle paralela a ésta, José María Pino
Suárez; el que se ubica en la esquina noroeste de Felipe Salido y Mina que esta
siendo restaurado sin que se cambie su antigua arquitectura y dejando intacto
lo que no ha destruido la acción del tiempo, y algunas otras en las calles Pino
Suárez, Sufragio Efectivo, Allende, Insurgente Pedro Moreno, etc.
Los tres
edificios públicos más significativos para Hermosillo, que fueron construidos
durante el porfiriato son en orden cronológico y de
importancia, los siguientes: El Palacio de Gobierno, la Penitenciaria
General del Estado y el Cuartel del 14. El primero fue construido durante el lapso de
1882 a
1906 habiéndolo planeado y comenzado don Carlos Rodrigo Ortiz Retes. Al gobernador Rafael Izábal
le correspondió dar término a la obra aunque conforme se construía parte por
parte, era ocupado por las oficinas gubernamentales. El general José Guillermo Carbó,
Jefe de la Zona Militar,
falleció súbitamente en octubre de 1885 y su cadáver fue velado en el salón de Recepciones
del Palacio, por lo que podemos afirmar que esa parte del edificio ya estaba
terminada.
En otras
crónicas hemos señalado que la
Penitenciaria General del Estado fue
construida durante el período de 1902
a 1908. En ese
entonces era gobernador don Rafael Izábal. El
comienzo de la obra lo consignó este personaje en su informe de Gobierno de
1903. En este caso sucedió lo mismo que
en el Palacio de Gobierno, que empezó a ser usado casi desde el principio en
que empezaron la obra ya que los presos de la cárcel local fueron trasladados a
la Penitenciaria
General en 1903.
Ahora
hablemos del Cuartel del 14, aunque ya lo hemos hecho en diferentes ocasiones,
porque como dicen los sastres: “Hay mucha tela de donde cortar”. En el lugar
que hoy ocupa el edificio estaban las
ladrilleras, el terreno fue donado por el Gobierno Estatal a la Secretaría de
Gobernación, según los antecedentes que tenemos al respecto, lo que significa
que esa área no formaba parte del fundo legal de Hermosillo. La inauguración
del llamado entonces Cuartel de la Tropas
Rurales ocurrió el 2 de abril de 1909, habiendo tardado su
construcción ocho meses. El discurso
oficial estuvo a cargo del señor Brígido Caro, quien
era un porfirista de hueso colorado; en su destierro
voluntario a los Estados Unidos, durante más de quince años y a través de la prensa
en español de Los Ángeles California, atacó con acritud a los principales
revolucionarios a la vez que elogiaba a los hombres del porfiriato.
El cuartel del 14 no tiene ninguna belleza arquitectónica en su parte exterior,
cosa que es todo lo contrario en sus interiores. En un artículo que publicó en la Revista Historia de Sonora
correspondiente a la edición número 49 de julio/agosto 1987, el competente
arquitecto don Adolfo García Robles señala refiriéndose al ex cuartel del
Ejército: “La cantidad de arcos – quince – y el ritmo que se aprecia de la
doble columna hace de este edificio uno de los mas interesantes monumentos con
que cuenta la ciudad de Hermosillo. En
todo Sonora es posible que no haya otro edificio con unas arreadas ni tan
elegante, ni tan largas como éste, cuando menos en el interior de las
construcciones”. Tenemos los portales de Álamos, pero estos están al exterior
en la vía pública. Alguna casa
particular o hacienda es posible que tenga algo parecido, pero en extensión y
calidad estos corredores, con sus arcadas de sobria sencillez y al mismo tiempo
de gran prestancia, no los hay. La techumbre completa la armonía, porque al
conservar su viguería de madera y su espacio original complementan
perfectamente la proporción y la escala del espacio arquitectónico. En la
planta baja el edificio hace escuadra y lo mismo el corredor, terminando con
otros arcos de cada lado complementando el remate visual. Como dato curioso,
las columnas fueron fundidas en Guaymas según aparece
el sello bajo las espesas capas de pintura en las bases del fuste”. El señor
arquitecto García Robles, quien cuenta con una Maestría en Arquitectura,
termina su opúsculo diciendo que “Hermosillo debe enorgullecerse de contar con
tan significativo y relevante edificio, digno de conservarse tal cual con un
uso nuevo pero apropiado, y con las mínimas alteraciones para no desvirtuar su
representatividad arquitectónica.”.
El Palacio
de Gobierno, la Penitenciaría
General del Estado y el Cuartel del 14, guardan en sus
recintos la historia de Sonora que
comprende lo acaecido en este siglo. Los
tres edificios son auténticos representativos de Hermosillo que debemos conservar y amar porque de estos
se sintieron complacidos nuestros antecesores al saber que ellos pertenecían a
una generación de sonorenses que empezaban a hacer las cosas en grande.