POR
BULA PAPAL EL PUEBLO DE ARIZPE FUE CANDIDATO A SEDE DE EPISCOPAL
Por Eliseo Ramírez Alvarez
Mayo 20 de 1984
La
evangelización implantó en Sonora un nuevo código moral y contribuyó con
elementos cristianos a la creación de una cultura nueva. El misionero fundó y
unió pueblos entre si, consiguiendo el fomento de la vida en comunidad y
creando la paz. Tribus hostiles dejaron
de serlo y hasta renunciaron a guardar como trofeos de guerra las
cabelleras de sus antiguos enemigos. Fueron al final de cuentas las palabras y
acciones en cristiano de los misioneros las que triunfaron sobre la rebeldía
indígena, mas que las armas, el valor y las dotes guerreras de los militares
españoles.
Después de
siglo y medio de misiones, se creó el primer obispado en estas enormes regiones
entrando el cristianismo en una nueva
etapa administrativa y espiritualmente
superior. Ocupémonos hoy de ese
acontecimiento histórico, trascendente, de la creación del Obispado en Sonora
en cuya bula de erección dada en Roma el 9 de mayo de 1779, -- hace 205 años—se
menciona con distinción a don José de Gálvez, ponderando el documento su
relevante papel al argumentar y señalar – ante
Debieron ser
don José de Gálvez, total o parcialmente, las recomendaciones y elogios de
Arizpe como cabecera del Obispado. En la
bula de erección se dice: “.. no
solo es recomendable Arizpe por su óptima situación, su cielo y sus aires
saludables, sino por su templo de óptima
construcción, apto inclusive para Catedral y digno de ser tomado en cuenta en
este aspecto”. Debió ser en esta ocasión cuando, por primera vez --- y tal vez
única en lengua latina--- se haya elogiado a Arizpe de esta manera. El papal documento menciona a Arizpe como “Opimodo de Arizpe”, por su condición de sede militar. Oppidum en el lenguaje de los romanos designaba una plaza
fortificada, un castillo fortificado o un fuerte militar. Al pie de la letra el
texto de la bula pontificada en que habla de Arizpe es el siguiente:
“…. E erigendae episcopales sedis loco
designando videlicel in oppido
de Arizpe, quod in provincia de Sonora exstal, non solum ob illins optimum
sutum, el coeli, aerisque temperiem, necnon aquarum, et quae ad victum necesaria sunt copian, set etiam ob ecclesiam
inhibí exsistentem optime constructam,
el ita aptam ul cathedralis honore digna censeatur”.
Siendo
exigentes en lo literal, digamos que se nos quedó sin traducción el final de la
frase “el quae ad victium
necesaria sunt copiam”, en abundancia , las cosas necesarias para la vida. “Nadie con
tres dedos de frente podrá reconocer la conveniencia y ventajas de que el
pueblo y sociedad rijan sus vidas con las normas morales del cristianismo. Suelen
ser los ambiciosos de bienes materiales y engreídos con el poder los que
trastornen y atropellen, robando principalmente, y si alguien se lo reprocha o
se lo estorba, reclaman airados y protestan por la intromisión. Lo mismo hicieron algunos colonos españoles,
siglos atrás, a quienes la presencia y la palabra del misionero les significaba
reproche o impedimento. Siempre han causado trastornos muy graves las acciones latrofacciosas de gobernantes y políticos y sembrado
desesperación y corrupción en la sociedad”.
Don Rafael
Rodríguez Gallardo que en la calidad de “Juez Pesquisidor y Visitador General
de las Provincias de Sinaloa y Sonora y de sus adyacentes presidios, fronteras
y costas del Mar del Sur”, y además, gobernador interino, dejó en su informe
testimonio de comunidades sonorenses viviendo en orden gracias a su religión, y
eso a pesar de las difíciles condiciones de vida, consecuencia de las
distancias, la soledad y la inseguridad.
De los yaquis, especialmente dice don Rafael
Rodríguez Gallardo, en su “ informe sobre Sinaloa y
Sonora, Año de 1750”:
“Ternura me
causaba el oír en muchos pueblos sonorenses coros de música de indios e indias
y el oír a algunos pronunciar el latín sin solecismos, por ser tanta la
aplicación y empeño con que a esto se dedican, especialmente en dicho frío”. Y
de los colonos españoles, el mismo Rodríguez Gallardo aseguraba que “tratan el
alma vendida por la comida”.