Tocó la
gloria al Presidente José C. Camou y a todos sus regidores impulsar el
desarrollo de la capital del Estado facilitando el fincamiento de los hoy
populosos barrios de Pueblo Nuevo y el Retiro, al conseguir plena autorización
del Congreso del Estado para dar “Títulos de Propiedad Provisionales” a quienes
quisiesen fincar esos sectores. Y visto el cúmulo de solicitudes que llovieron
al Ayuntamiento en sus postrimerías de los meses de julio y agosto de 1912, el
regidor Dr. Luis M. Orcí llamó la atención del Cabildo para que antes de que
fuera tarde o se vendieran todos los terrenos adjudicables, la ciudad reservara
dos manzanas o cuadras, uno para jardín y otro para edificios públicos, tales
como Escuela, Mercado, etcétera. Orcí tuvo perfecta visión de que andando el
tiempo, Hermosillo reclamaría en el Norte un lugar de ornato, salud y
esparcimiento; pero todo fue inútil, no se le hizo caso o se echó en saco roto
su previsión y he aquí porqué la actual ciudad no cuenta desde el Jardín Juárez
hacia el norte con ningún paseo, ningún sitio de solaz para esos lugares, con
pena de los actuales moradores, y tales vecinos se han visto obligados cada
quien en sus propiedades a formar sus jardines particulares para encontrar
frescura y comodidad, así como una vida más higiénica. Ahora se trata de
remediar ese mal dedicando el solar del Panteón Viejo para un parque o alameda,
y tácitamente se reconoce hoy lo que pidió el Dr. Orcí hace treinta y seis
años.