INVERSIONISTAS DEL FERROCARRIL DE PANAMÁ

 

 

William H. Aspinwall

Considerado como un gran hombre honesto y piadoso, William H. Aspinwall nació en Nueva York el 16 de diciembre de 1807. Proveniente de una familia dedicada a los negocios, su primera intervención en ese ámbito sucedió en 1832, cuando fundó en compañía de su primo la empresa Howland & Aspinwall, dedicada al comercio. Su actividad se expandió por América del Sur, China, Europa, el Mediterráneo y otros lugares distantes. Tiempo después se dedicó a la construcción de barcos en colaboración con el arquitecto naval Willis Griffiths, quien diseñó naves modernas con gran éxito. El 12 de abril de 1848 la firma obtiene la concesión de la Pacific Mail Steamship Company por parte del Congreso de Estados Unidos de Norteamérica para el servicio de correos entre Panamá y el territorio de Oregon, en la que participan también Henry Chauncey y John L. Stephens; a raíz de la fiebre del oro californiano, la empresa obtiene jugosas ganancias y en ese tiempo se dedica a investigar una ruta corta para cruzar el istmo de Panamá, a fin de evitar la penosa travesía de bordear el continente americano por el Cabo de Hornos. En 1855 concluye la magnífica obra incorporando un éxito más a su trayectoria como inversionista. En 1856 fundó la Sociedad para la Prevención de la Crueldad en los Animales y en 1869 colaboró con el Museo Metropolitano de Arte. Murió el 18 de Enero de 1875. La PMSC permaneció por espacio de 100 años.

 

 

 

John L. Stephens

 

Henry Chauncey

John Lloyd Stephens nació en Shrewsbury, New Jersey el 28 de Noviembre de 1805, y fue hijo de una de las familias más antiguas de Nueva York. Estudió la carrera de Leyes, misma que ejerció por espacio de 8 años aunque nunca exhibió un interés profundo por ella. Participó en política al lado del Partido Demócrata donde desarrolló sus dotes de un orador sincero y comprometido con sus ideales de libertad y democracia. Sin embargo, debido a sus constantes intervenciones ante el público, desarrolló una enfermedad en la garganta lastimando seriamente su salud. En la terapia, su médico le recomendó un viaje de descanso y rápidamente le tomó la palabra. Se embarcó en 1834 llegando a Inglaterra visitando Francia, Italia, Grecia, Turquía, Rusia, Polonia y Alemania. Después se trasladó hacia Arabia y Egipto. A su regreso, en 1837 publicó su primer trabajo “Incidents of Travel in Egypt, Arabia Petraea and Holy Land; un año después publica también “Incidents of Travel in Greece, Turkey, Russia and Poland”, con tirajes de 21,000 y 12,000 copias respectivamente, ambas con gran éxito. En 1839 fue nombrado embajador especial para América Central con el fin de negociar tratados comerciales. A su regreso publica “Incidents of Travel in Central América, Chiapas and Yucatan” en Junio de 1841 con 15000 copias reproducidas. Un año después viaja de nuevo a Yucatán publicando “Incidents of Travel in Yucatan”. En 1847 se convierte en director de la Ocean Steam Navigation Company, empresa fundada para el servicio de transporte marítimo hacia Europa, en franca competencia con Inglaterra que dominaba el mercado. Tomó parte activa en la construcción del Ferrocarril del Río Hudson así como en el Ferrocarril de Panamá, figurando como co-inversionista. En 1849 viajó a Colombia y  antes de llegar a Bogotá sufrió un accidente al caer de su mula, afectándose seriamente la columna vertebral. Por este motivo tuvo que ser transportado en una silla especialmente adaptada  siendo cargada por sus ayudantes. Durante los inviernos de 1851 y 1852 viajó al Istmo de Panamá a fin de supervisar los trabajos de construcción del ferrocarril. Se presume que en este último viaje adquirió una enfermedad contagiosa que terminó con la existencia del “viajero americano” a la edad de 47 años. Su nombre siempre estará vinculado a su máxima obra: el Ferrocarril de Panamá.