EFEMÉRIDES DE 1943 Este
año es para los sonorenses el que marcó el principio verdadero de la
transformación económica y social de la Entidad; el primero de septiembre
tomó posesión como Gobernador el
General Don Abelardo L. Rodríguez; fue tan fecunda su administración y tan
impresionante su ritmo de trabajo, que en Sonora ha llegado a ser ya un
estribillo popular para referirse a determinado acontecimiento el decir “.. antes de Don Abelardo… después
de Don Abelardo”. El Gobernador Rodríguez en la inauguración
de la Colonia Pitic Pecaríamos
de injustos si en esta ocasión no concediéramos a la administración del
distinguido sonorense la trascendencia que tuvo en la historia sonorense.
Durante ese sexenio que terminó como gobernador interino el Lic. Horacio Sobarzo, se dio el mayor impulso hasta entonces recibido
por el ramo de Educación Pública; fue construido el magno edificio de la
Biblioteca y Museo de Sonora; se hicieron las grandes obras de irrigación en
el Oviáchic, Hermosillo y Santa Teresa… La Costa de
Hermosillo se transformó en un emporio agrícola y el Yaqui y el Mayo formaron
la mayor unidad agrícola del continente. Museo de Sonora y la Estatua de Benito
Juárez Se
obtuvieron créditos oportunos y suficientes para la producción
agropecuaria y fueron creadas
industrias derivadas impulsándose con el decidido afán aquellas basadas en
capitales sonorenses. Nació la benemérita Fundación Esposos Rodríguez y
Hermosillo progresó notablemente dándose a sus calles trazos modernos y
surgieron las Colonias Pitic y Centenario. Presa AL Rodríguez inaugurada en 1948 Durante
este período se iniciaron las primeras obras de electrificación con la
termoeléctrica de Guaymas; se abrieron distritos de riego, se estimuló la
educación popular y en un clima de auténtica democracia se dictaron leyes
acordes con la evidente metamorfosis que experimentó Sonora. Eran los años aciagos de la II Guerra
Mundial que estaba en su apogeo; México descubrió maquinaciones de espionaje
totalitario dentro de su territorio; en Sonora ocurrían hechos de enorme
valor noticioso, pero el signo de ese año fue el principio rodriguista que marcó la hora de Sonora y de los
sonorenses.
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