Viernes 01 de
diciembre de 1950 SERÁ LANZADA LA ATÓMICA SI ES NECESARIO. Advertencia de Truman a las
naciones agresoras. McArthur se muestra optimista y
no cree que se necesite todavía la bomba nuclear. SOLUCIÓN INTEGRAL DE PROBLEMAS EN NUESTROS PEQUEÑOS PUEBLOS. Está
resolviéndolos en sus visitas a la región el Gobernador Don Ignacio Soto. ATIENDE LOS PROBLEMAS VITALES DEL PUEBLO. Decidida prestancia del
agente de Economía. PELIGRO DE UNA REDUCCIÓN MÁS GRANDE AL PRECIO DEL ALGODÓN. La
proximidad de una tercera guerra mundial puede ocasionarla. MANIFIESTAN SU GRATITUD AL GOBERNADOR DEL ESTADO. Hoy a las 11 horas y
media se desarrolló en el Palacio de Gobierno una importante y emotiva
ceremonia espontáneamente realizada por los burócratas con el fin de
agradecerle al Gobierno del Estado la aprobación del Reglamento de la
Dirección de Pensiones del Estado. Pudimos observar que un nutrido grupo de
servidores del Gobierno, no menor de 500, recibió al señor Ignacio Soto con
nutridos aplausos. Tomó la palabra el Lic. Abraham Aguayo para explicar las
bondades del reglamento en cuestión. MURIÓ ATROPELLADO ANOCHE UN TRABAJADOR. Anoche a las 10:30 horas hubo
un lamentable accidente en la avenida Revolución, entre las calles Veracruz y
Tamaulipas, en el que perdió la vida Fernando López Huerigo
quien iba con dos personas de su amistad las que resultaron ilesas. La muerte
de López Huérigo fue casi instantánea pues cuando
se le condujo al Hospital se vio que ya había fallecido a consecuencia del
tremendo impacto del vehículo que lo atropelló. El auto que causó la muerte
iba manejado por José Rodríguez Dávila y es propiedad del Ingeniero Acedo
Romero. Rodríguez fue detenido para el deslinde de responsabilidades y está
consignado al Agente del Ministerio Público. El fallecido era trabajador de
textiles y aparentemente se dirigía a su domicilio cuando ocurrió el
atropellamiento. Las primeras investigaciones hacen creer que el auto
causante de la tragedia tenía en mal estado sus frenos. REPARTO DE LA COMEDIA DEL SÁBADO. Damos a conocer a ustedes el elenco
artístico de la obra en dos actos “Lo Pasado Concluido” de Manuel Linares
Rivas, que mañana se llevará a escena en el Cine Sonora bajo la hábil
dirección del señor Pbro. Arturo Leal R.: “Carita”: Yoya
Gortarez; “Trinidad”: Alicia Ontiveros; “Tránsito”:
Eva Granillo; “Juana”: Ana Alicia Cáñez; “María”:
Amelia Robles; “Marqués de Albas Claras”: Oscar Burrola;
“Lorenzo Villahermoso”: Vicente Félix García;
“Hipólito”: Armando Peralta M.; “Caito Matera”: Rubén Antonio Noriega y
Contreras; “Benito”: Alberto Palma N.; Apuntadora: Alicia Muñoz; Director:
Pbro. Arturo Leal R. La función dará principio a las 8 de la noche. PROBLEMAS QUE AGOBIAN A LA COMUNIDAD. Injustificada alza del valor del
pan y la harina (por Alfonso R. López). Sin que tan sólo la población
recibiera, aunque sea por cortesía o atención el aviso de rigor, nos
encontramos súbitamente al sentarnos a la mesa para tomar el desayuno con que
el pan había subido de precio. Una estupenda operación para que las clases
menesterosas, los pobres de solemnidad que representan buena parte de la
población, se vean arrojados a una situación tal que tengan que envidiar, ya
no las “sobras” que dejen en la mesa después de la comida los acaudalados
extorsionadores del pueblo, que eso fuera mucho decir, sino las sobras y desperdicios
que no caben en el bien repleto estómago de los perros finos de los
explotadores que trafican con la miseria pública, sin que ninguna compasión
para el prójimo llegue a conmover algunas de las fibras de su metalizado
corazón. No decimos lo anterior por simple literatura, pues de la literatura
no somos amigos porque aunque nos gustara no la entendemos, y no la
entendemos porque exige el estilo científico de la gramática lo que hace que
nos podamos apegarnos a la amelcochada exhibición literaria, sino
sencillamente a las crudas realidades que dentro de los hogares son mensajes
de hambre, de llantos y maldiciones...¡subió el precio del pan!... hay que
esperar que siga subiendo, convencidos de que los cascos del corcel
apocalíptico del hambre estrujarán sin misericordia los estómagos de la
sociedad humilde, si ese ha de ser el modo para arrancarle la sangre y amasar
con ella las fórmulas con qué fabricar riquezas que satisfagan las ambiciones
de las mentes desequilibradas de los explotadores, quienes parece que sólo
obedecen a los instintos de una feroz pasión por atesorar personales
abundancias, aunque para ello juzguen a los hombres como animales y a Dios
como un estorbo. Aceptamos la realidad y por eso hablamos así. Verdaderamente
es doloroso servir de mudos testigos de la tragedia dantesca de muchos niños
que, acosados por el hambre y la penuria, hurgan en los tambos de la basura
en busca de un mendrugo de pan que calme un instante los padecimientos del
ayuno; doloroso es llegar a muchos hogares humildes y escuchar el conmovedor
llanto de las criaturas que le piden a la atribulada madre una tortilla, y
ver como ésta, con un gesto de desesperación, dirige su vista al “guari” para
confirmar que está vacío; doloroso es presenciar que las apagadas hornillas anuncian
a numerosas familias a la hora del mediodía que la inanición la tiene entre
sus crueles garras; doloroso es contemplar que los chiquillos, de mirada
extraviada y macilento cuerpo, son las víctimas inocentes que más sufren las
diabólicas maniobras de los extorsionadores que como víboras negras se
enroscan en el cuerpo de la sociedad para estrangularla en provecho de sus
viles anhelos. Por los niños que lloran y que mueren por causas del hambre
¡maldición eterna para los responsables de la miseria!.
Maldición para los que trafican con las lágrimas de los desheredados y con
ellas amasan las fortunas que con lujo de pompa los convierte ante la
estúpida vanidad humana en caballeros de la industria, cuando en realidad son
agentes del infierno. Sobre ellos, que todo les sobra, caiga la furia de sus
víctimas y la justicia del Cielo. ¿Qué sucede con la cuestión del trigo y de
la harina? En obsequio de la exactitud hay que convenir en que el problema
que nos ocupa no es regional sino que asume proporciones nacionales; pero
fuerza es detenernos en el aspecto que nos afecta, o sea, el regional. Cuando
la población de Hermosillo tuvo conocimiento de que se construiría la Presa
ALR, se creyó (la comunidad saber ser optimista) en el abaratamiento de la
harina, y se creyó con razón, pues asegurándose los medios de cultivo, y por
consiguiente el aumento de la producción de trigo, que es la siembra por
excelencia, no había porqué temer inflaciones. Pero... ya vemos en qué forma
sobrevienen los efectos depresivos con derroche de escándalo, no obstante que
nuestro Estado es el primer productor de trigo en la república. Al
injustificado aumento del valor de la harina, decretado por la ambición de
los monopolistas, siguió el desproporcionado aumento del pan, provocándose la
clásica situación de que todos quieren lograr la oportunidad de pescar en mar
revuelto. Es mentira todo lo que se alegue a favor de la inflación. Cuando se
trata de justificar una anormalidad como la presente, se habla y se razona
muy bonito, con palabras, letras y números. Se le dan vueltas y más vueltas
al asunto. Se le retoca y se pule para darle el brillo de la razón. Se echa
mano de informes, estadísticas y noticias; a todo se recurre para redondear
la amarga píldora. Pero por más que se esmeren los arquitectos de la carestía
en perfeccionarla, siempre le quedan bordos que ninguna técnica les puede
corregir. Ese defecto consiste, y el pueblo que no es ningún ciego lo ve
perfectamente, en que, dígase lo que se quiera, los manejadores del trigo y
de la harina cada día son más millonarios. Contra esta evidencia nada se
puede justificar, como no sea la angustiosa miseria que cada vez en mayores
proporciones siembra el pavor del hambre en la sociedad. |