Martes 2 de Noviembre de 1971

 

HUEVO, AVES Y CARNE LIBERADOS EN BC. El Gobierno de B California acordó suprimir los impuestos que gravaban la introducción de aves, carne y ganado procede de otras entidades, abriendo así cauces al libre comercio interestatal derribando las barreras que por muchos años entorpecieron su desarrollo. 

BUSCAN EN EL MAR DE CORTÉS A DOS TURISTAS PERDIDOS. Partidas de estadounidenses y mexicanas de salvamento buscaban hoy  a los californianos Bill Knorr y Marvin Bird, perdidos desde hace más de dos semanas durante una expedición de pesquería en el Golfo de California; la embarcación con motor fuera de borda era una de seis que salieron de pesca el 19 de octubre de San Felipe a Mulegé en la costa oriental de la Península. 

EL MAYO INUNDADO. De acuerdo con las informaciones que nos han llegado, la situación en el sur del Estado se está normalizando rápidamente; aún continúan ahí el mayor Francisco Luken Aguilar, el Dr. Carlos Espriella y otros funcionarios; se han enviado 5500 raciones alimenticias.

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Inundaciones en el Río Mayo

 

TRECE PELIGROSOS REOS LIBERADOS POR LAS FUERZAS ARMADAS DE GUERRERO. Los más peligrosos matones del Estado, los hermanos Concepción Urióstegui U., Marcos Pineda Yrióstegui y 11 de sus cómplices, fueron rescatados esta madrugada de la cárcel municipal por una banda de 30 hombres armados con metralletas, pistolas y rifles M1.

 

HUMBERTO GARCÍA PEGÓ DOS JONRONES…. GUASAVE Y CULIACÁN EMPATARON A 4…. MUEREN CONGELADOS UNA PAREJA DE RECIÉN CASADOS EN LAS CUMBRES DE FUKUI, JAPON…. SERIE DEL CARIBE EL 6 DE FEBRERO EN DOMINICANA….

 

DEJARON HUELLA EN EL HERMOSILLO DE AYER (Por Fernando A. Galaz). Había entrado la primavera de 1920 y mi General Alvaro Obregón, el único patriota sincero que a través de mil combates había formado su cultura y su personalidad singular, de la cual hablamos capítulo aparte, levantaba una vez más la conciencia ciudadana señalando con índice de fuego las lacras que en putrefacción ahogaban al pueblo, fomentadas y patrocinadas por Don Venustiano Carranza al querer imponer en la Presidencia de la República al hermosillense de dudosa nacionalidad Don Ignacio Bonillas.

 

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Ignacio Bonillas, al centro

 

Recorría la república el gran “Manco de León” como candidato popular a la silla presidencial y aparte de Bonillas había otro candidato presidencial, el General Pablo González; aunque de adusta faz y grandes bigotes negros, no había ganado una sola batalla porque en todas había corrido, por eso fue que el buen humor del mexicano lo había bautizado con el nombre del General Pablo “carreras” González.

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Gral. Pablo González

El General Plutarco E. Calles gobernaba al Estado y Adolfo de la Huerta había resultado electo para el período que se iniciaba el primero de abril de eso año de 1920. Los tres sinceros socialistas y muy amigos, con aquella visión de futuro preveían con certeza los acontecimientos por venir. Conocían a fondo el carácter terco, testarudo y obstinado de Don Venustiano Carranza que a todo trance, quizá para cubrir sus “meneadas” que siguiera su política antisocial, había puesto a disposición de Bonillas todo el poderoso equipo oficial incluyendo una caterva de generalotes.

 

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Adolfo de la Huerta, al centro

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Fue entonces que, con el pretexto de que las aguas del río Sonora pertenecían al Estado y no a la Nación como lo había decretado el Presidente Carranza, Calles protestó con mucha labia, con mucha política, pero con mucho veneno ante el Presidente, pero éste sostuvo su criterio y le ordenó al gobernador Calles hiciera pública su determinación. Calles acusó recibo del decreto y ordenó se publicara en el Boletín Oficial, mientras tanto toda la Nación entraba en efervescencia como es natural, tratándose de la campaña para “la grande” y el impacto que había producido en las masas la candidatura del Ing. Bonillas que derrochaba los dineros del pueblo en ostentosa  y teatral campaña política…¿Quién era Bonillas?. Eso es lo que se preguntaba el pueblo mexicano; el Sr. Ignacio Bonillas era un hombre que había nacido aquí en Hermosillo hacía unos sesenta años. Cursó sus estudios superiores y se recibió como Ingeniero en una Universidad Americana. Después estuvo por muchos años como encargado del Departamento de Agua de Nogales. En la revolución, que como su nombre lo indica todo se revuelve, salió Diputado por un Distrito que también es pueblo y luego fue Embajador de México en Washington. De ahí, sintiéndose torero aunque su cara y calva de todos los días seria, y su vestuario rigurosamente negro, camisa blanca y cuello de pajarita parecía más bien recamarero inglés, saltó muy orondo al ring de la política. Como se ve el señor no era muy conocido de la Nación y luego frente a un hombre que había recorrido en mil combates la nación de punta a punta. Como estaba en boga por esos días una balada romántica, los comediantes del centro acoplaron la parodia al sentir popular: “Flor de Té es una linda zagala, que hace poco a estos campos llegó, nadie sabe de dónde ha venido, ni cuál es su nombre ni donde nació”. Y a Don Ignacio Bonillas, candidato presidencial, el fervor público le asigno el apodo de “Flor de Té”.

 

De la Huerta (izq), Obregón (der), Calles (al lado de Obregón)

Gabinete de Obregón (1920)

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Entra abril, recibe el Ejecutivo del Estado Adolfo de la  Huerta y en preconcebido plan de nuevo toca el tema del Río Sonora y con técnica argumenta con bases firmes en la Constitución que está atropellando la soberanía del Estado. Calles es llamado a colaborar en el Gabinete Presidencial por el viejo zorro de Don Venus, que así lo llamaba Calles al querer alejarlo de Sonora. Él desconfía y con justa razón. Aquí en Hermosillo continúa la tensión que estimula con las informaciones del diario dirigido por Clodoveo Valenzuela con artículos de Ramón Gil Samaniego y de Rosendo L. Galaz. Los cocheros están contentos porque sus carros traen cortes a granel piloteados por Enrique Zazueta y Eugenio Zepeda en “foritos” de aquellos. La “Calle Doce” hace estragos entre la juventud cuyos jóvenes exhiben un pelo de casquete en vez de la “cola de pato”. Calles se viene de la capital, no ha podido convencer a Carranza del error en que incurre al tratar de imponer a Bonillas. Acude a su patriotismo, pide y suplica para evitar otra sangrienta revolución pero nada vale para el caprichudo hacendado de Cuatro Ciénegas. Calles pide el apoyo y se dirige a los obreros de la Nación para enfrentar a Carranza. Nuestro gran Fito (A de la Huerta), envía telegramas personales a Carranza pidiéndole reconsidere el acuerdo de las aguas del Río Sonora y a su vez también gestiona la rendición de los Indios Yaquis levantados en armas. Contando antes con el apoyo del Presidente, éste finalmente se niega a cumplir los ofrecimientos y De la Huerta anuncia que Sonora no permitirá la violación de su soberanía y que por el capricho del Presidente vendrá la revolución que triunfará rápidamente.

 

Calles lee el Plan de Agua Prieta

 

Han llegado a Hermosillo como signo de rendición 300 yaquis al mando del General Luis Matus, quien se acuartela en los corrales de la Lavandería “La Económica” (Transportes Norte de Sonora). Otros contingentes de Yaquis y Mayos bajan de las serranías al poblado en son de paz. La había conseguido Don Adolfo de la Huerta y como nó, cuando las tribus conociendo su buena fe y de que su señora abuela fue Yaqui, no dudaban de que las tierras de ellos se les devolverían a su tiempo. Aquel día y los otros, el capitán José Parada y una veintena de mozalbetes de la Escuela Cruz Gálvez designados como Guardia Especial del Gobernador, custodian el Palacio y el edificio de dos picos que está en la calle Comonfort y Hoeffer, donde son atendidos con su proverbial simpatía por Doña Clarita Oriol de De la Huerta.

 

Hoeffer y Comonfort (2015)

(Palacio a la izquierda)

 

Allá en el estercolero de la política mexicana, en el DF, los sabios de todos los tiempos pretenden hacerle un cuatro a mi General Obregón llamándolo a juicio por ser conspirador, citándole a un Consejo Militar con el batracio pensamiento de que no se presentaría por no ser lo suficientemente hombre para ello, hacerlo sedicioso y eliminarlo como Candidato a la Presidencia Como él lo decía, que el plato favorito suyo eran chile y huevos, Obregón se presentó. Aquí en nuestra capital, tras el bullicio llega la tensión colectiva cuando ese día 17 de abril de 1920 arriban del sur 600 indios Mayos en un larguísimo tren. Pertrechado de todo vienen con tres jaulas de burros por ser la carne preferida de los Mayos, misma que les servirá de alimento en la campaña que van a hacer contra el General Claudio Fox que amenaza por el Cañón del Púlpito. Ante previa fulgurante amenaza de Don Venustiano Carranza de enviar al General Diéguez con 10 mil soldados y tumbar caña con los tres poderes del Estado, finalmente la cumple y Diéguez se hospeda en el Hotel Arcadia con su Estado Mayor.

 

Hotel “Arcadia”

 

Don Adolfo y Calles lo entrevistan de inmediato y tratan de evitar otra contienda, pero no convencen al antiguo y sano líder obrerista de otros tiempos y cuando se le sube lo General a la cabeza, Don Adolfo le dice con mucha diplomacia: “Ustedes quieren otra revolución… la tendrán y no durarán ni usted ni Carranza en el poder un mes”. Diéguez y su flamante Estado Mayor muy de madrugada y en silencio abandonan Hermosillo. El 20 de abril sale de nuestra capital al norte a bordo del pulman Agua Prieta el General Calles. Lo acompañan altos personajes y el joven José S. Healy, Jefe de Información y Propaganda Revolucionaria. La gente que desde hace años ha tomado la Estación del tren como paseo obligado, en la salida y llegada de los trenes se agrupa en inmensa cantidad y se agita cuando flota gallarda y serena nuestra bandera al son de las brillantes notas de “Tierra Blanca”, y ríen con burla, con desprecio, cuando la misma banda con desenfado y buen humor esparce las notas de “El Guango”: “ Me viene guango el calcetín, el pantalón y el chaquetín de Mondragón”.

 

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Estación del Ferrocarril en Hermosillo

 

La cámara de Diputados bajo la Presidencia del ilustre Licenciado Gilberto Valenzuela, estando representado Hermosillo por el inolvidable amigo Julio Salazar, está en sesión solemne así como el Supremo Tribunal de Justicia  presidido por el también desaparecido gran amigo Don Alfonso Almada señor; unas horas después las fuerzas de la guarnición al son de clarines y tambores marchando unido con el pueblo, pregonan por las calles que el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial de Sonora desconocen a los Poderes de la Unión y nombran como Jefe Supremo del Movimiento a Don Adolfo de la Huerta, a quien le otorgan facultades extraordinarias en los ramos de Guerra y Hacienda, y la representación obrera por las tres zonas de la recién estructurada Junta de Conciliación y Arbitraje, con las firmas de sus representantes M. Torres Torrija, E. L. Rivas y Aurelio Méndez de León, y lanza una proclama a los obreros del Estado y a los obreros de la Nación.

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Gral. Manuel M. Diéguez

 

Para darle su bienvenida a Diéguez, salen centenares de tropas al mando de los Generales Francisco Manzo y Roberto Cruz,  para unirse al General Angel Flores en Sinaloa; igual, para darle la “calurosa” bienvenida al General Fox va a encontrarlo el General Miguel Piña. En el inter, el plan de Agua Prieta sale a la luz. Cunde como reguero de pólvora por todos los ámbitos del país el inicio de una guerra y surge a los cuatro vientos el corrido popular: “Como quieres Venustiano que se acabe la revolución, si en Sonora, en Chihuahua y Torreón no te quieren por viejo barbón”. Y como lo anunció Don Adolfo de la Huerta, la Revolución había triunfado en un mes, epilogando el drama la muerte del Presidente de la República Don Venustiano Carranza.

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