Epílogo
El béisbol…
el Rey de los Deportes…
Uno de estos días de diciembre pasado (2007), me dí a la
tarea de observar detenidamente un juego de béisbol en el Estadio Héctor
Espino, que queda cerca de mi casa por cierto. Decidimos mi hijo Jesús y yo que
ahora lo veríamos desde lo más lejos, desde las gradas llamadas “Lateral
General” detrás del jardín izquierdo. Este año ha sido muy frío, precisamente
como aquel del lejano 1957-1958 que
Éramos contados los que estábamos ahí viendo pasar los búhos
por las candilejas; este año los Naranjeros tuvieron una pésima temporada así que
las butacas estuvieron muy vacías, sin embargo, al mirar el verde pasto del
campo y las líneas perfectas de las rayas de tercera y primera de pronto hacen
olvidar hasta el standing; ver el béisbol desde este ángulo me hizo recordar
mis tiempos de niño cuando veíamos desde lejos a Héctor Espino… a Celerino
Sánchez, al temible Aurelio Rodríguez y tantos otros hace tantos años. Lo que me sorprendió es que mi hijo apenas un
ídolo traía en el bolsillo; era Vinicio Castilla.
Cerca de nosotros se sentó una familia que calladamente
buscó el asiento; un señor ya entrado en años con su inconfundible sombrero de
albañil, al lado de su esposa y un muchachito de unos 8 años quien seguramente
era su nieto al que le habían prometido llevarlo al juego si se portaba bien,
difícilmente posible a esa edad; ir de niño al
béisbol es una tradición de medio
siglo en el noroeste de México.
El partido estaba entretenido; al terminar la parte alta de
la cuarta entrada Obregón ganaba 2 por 0 pero en la baja Hermosillo hace dos
para empatar en la primera alegría de la noche. El contento duró poco pues en
la entrada siguiente los Yaquis hacen otras dos y el desconsuelo regresa sobre
la nariz fría de los asistentes.
Hermosillo sigue haciendo el trabajo y en esa misma entrada hace las dos
del empate para que el público se haga escuchar de nuevo. Un empate no es
derrota así que hay conformidad; el partido sigue su rumbo sin carreras hasta
que llega esa inolvidable séptima entrada. De un momento a otro las bases se
llenan de Naranjeros y toma el turno Vinicio Castilla; cada lanzamiento era una
ilusión… era un sueño… todos sacamos cuentas; un jonrón y son cuatro carreras
de golpe, pero ya conectó uno en la cuarta así que se ve difícil que lo haga de
nuevo…¿funcionará el ídolo?.
La expectación estaba al máximo; un foul a la izquierda; una
bola; otro foul… ya son dos strikes… las cosas son más difíciles para Vinicio…
ya no tiene más oportunidad… Entonces sucede el milagro… el sonido del bat
golpeando en el punto mágico es una onda electrizante que de momento todo
pierde sentido; esa pelota hay que verla… el golpe avisa que la bola puede
viajar lejos… viene hacia nuestra grada…sigue volando… el jardinero acelera su
marcha hacia la cerca… la pelota puede vencer el límite verde… los miles de
aficionados no pierden de vista ese punto blanco en el firmamento oscuro de la
noche…viene hacia nosotros… ¡Jesús… viene para acá!... ¡prepárate, quizás la
podemos tomar!… sí… puede ser jonrón… Por fin la ley de la gravedad se cumple
una vez más y la pelota cae a escasos tres metros de nosotros golpeando
fuertemente la butaca… ¡es un jonrón con casa llena!... ¡el ídolo hizo el
trabajo!... ¡mi hijo feliz y el albañil también!... los tres miembros de la
familia brincan de felicidad; el albañil aplaude, se ríe, cierra los puños,
abraza a su esposa quien no oculta para nada su alegría… la ilusión se cumple,
el ídolo cumple, ¿Qué más se puede pedir?. Esos rostros felices que gocé de
principio a fin y el brillo en los ojos de mi sangre acompañante valieron la pena
el frío, la soledad de la grada y las 3 horas y media que duramos sentados
esperando un milagro de ésos. Hermosillo terminaría ganando ese partido al
equipo que tras el último out de la temporada se adjudicaría el campeonato… así
es el béisbol… Vinicio debió haber dormido muy tranquilo; la responsabilidad de
ser ídolo es un compromiso difícil, riesgoso y no hay descanso; no siempre se
puede dormir tranquilo siendo ídolo.
El Legado de La Costa
Fueron trece años de un beisbol de esfuerzo, mucho esfuerzo,
dedicación, animosidad, entrega, ilusión; muchos adjetivos asociados al
entusiasmo caben para describir esa atmósfera que se vivió en aquel entonces;
la talla de los héroes era de varios niveles y provenía de lugares distintos.
En la configuración de los equipos había una mezcla especial que se hacía con
uno o dos superestrellas internacionales; otros tres o cuatro estrellas
nacionales; tres o cuatro jugadores de prestigio moderado y dos o tres
estrellas estatales, si bién también había espacio para otros menos de orden
local tan solo para complementar…. pero la oportunidad estuvo ahí y muchos la
aprovecharon; algunos valían poco dinero en la nómina mensual … pero para el
pueblo, para el barrio donde nacieron, era algo digno de orgullo tener un
paisano en un equipo de
Los Actores
En este estudio histórico hemos visto peloteros que poco a
poco fueron madurando en la profesión de beisbolista; jugadores que traían el
overol puesto para entrar en cualquier momento a la acción, que si bien no
alcanzaron la gloria del Salón de los Inmortales, sin ellos la Liga de la Costa
simplemente no hubiera sido posible; así de valiosos fueron. Citemos algunos:
Tavo Bernal, Manuel “Pilillo” Estrada, Alberto
Calvillo, Lilbrado Ceceña, Santiago Ayala, Manuel “Culichi” Pérez, Armando
Encinas, Regino Vázquez, “Pegaduro” Rodríguez, “Colero” Arias, Nico Genestas,
Amador “Bule” Guzmán, Romualdo “Changarro” Urías, Ramón “Manito” Román, Refugio
“Cucón” Bernal, Romeo Cadena, Héctor “Pepino” Azamar, “Chino” Sepúlveda, Andrés
“Balazos” Martínez, Gilberto “Gilillo” Villarreal, Jesús “Mú” Núñez, Luis
“Texano” Castro, Felipe “Burro” Hernández, Enrique Leduc, Germán Bay, Beto Rodríguez, “Diablo” Núñez, “Pepe”
Gutiérrez, Alonso Ruiz, Arnulfo Manzo, Armando Sánchez, Héctor Lara, Ray Zonta,
“Alemán” Cruz, Salvador “Rata” Vargas, Eduardo “Pecas” Serrano, Ventura
Morales, Gregorio Figueroa, Eduardo Escalante, “Caliquín” Gómez, Felipe
Iturralde, Héctor Lara, Manuel “Negro” Morales, Alejandro Uriarte, José Sosa,
Ramón “Pisi” Martínez, Ricardo Garza, Juan Conde, Víctor Manuel “Pinga”
Canales, David Ocampo, Celso Cendejas, “Quelo” Cruz, Vicente “Corazón” Torres,
Lucio Olivas, “Mosco” Reyes, Héctor “La Comadre” Leal, Guadalupe Ríos,
Guadalupe Ortegón, Blas Guzmán, Miguel Arvizu, “Coty” Leal, Manolo Fortes,
Tomás Cañedo, “Cartucho” Regalado, Aurelio Espiricueta, Jesús “Cubano” Estrada,
Manuel “Popeye” Salvatierra, Molinero Montes de Oca, Juan Guerrero, Francisco
Alcaraz, Laureano Camacho, “Bacatete” Fernández, José Favela, Armando Cota,
Francisco Sosa, Gullermo Grajeda, Manuel Acuña, José Medina, Francisco Dávila,
“Chino” Meléndez, Adolfo Luna, Manuel “Popeye” Salvatierra, Alfredo “Kaki”
Pérez, Germán Bay, “Chamaco” García,
“Chino” Guajardo, Rodolfo “Fito” Bernal, José Posada, Ernesto “Natas”
García, Héctor “Chero” Mayer, Jesús Zavala, Jesús “Chuy” Moreno, Gonzalo
García, Valentín Gómez, Joe Sandoval, David García, Ray Garza, José “Indio”
Peraza, Roberto Vea, Guillermo “Bachichas” Frayde, Mauro Contreras, Lucio
Alvarez, Alfonso Ceballos, Alfredo Galindo, César Cuevas, Beto Palafox,
Humberto Quintana, Marcelino Solís, “Feo” Osuna, “Plátano” Hernández, Jose Luis
Padilla, Guadalupe Pedroza, “Tello” Delgado, Humberto Guerrero, Federico Bojórquez,
Alonso Echeverría, Manuel Magallón, Raymundo Rocha, Refugio Toledo, Juan
Rodríguez, Rafael “Pelón” Cruz, Pedro Montane, Gregorio Figueroa, Keno Miranda,
Jesús Rojo, Pedro Nájera, Roberto Montelongo, César Cuevas, Rafael Favela,
Agustín Figueroa, “Manopas” Alcántar, Adolfo Villicaña, Juan Monge, Rubén
Rendón, Pedro “Charrascas” Ramírez, Marco Antonio Manzo, Jesús Rodelo, José
Muñoz, Amado Ontiveros; seguro se me escapó alguno… ¡fueron tantos!; en la
narrativa interior seguramente debe encontrarlos.
Hubo otros jugadores nacionales que destacaron
convirtiéndose en ídolos de la afición; sus hazañas en los estadios del
interior del país y en algunos extranjeros también fue posible observarlas en
tierras de la Liga de la Costa, dejando constancia de sus profesionalismo, su
calidad de juego y su amor por el béisbol; citemos a continuación a: Baldomero
“Melo” Almada, Guillermo “Huevito” Alvarez, Rodolfo “Mulo” Alvarado, Rubén
“Cangurito” Amaro, Tomás Arroyo, José Bache, Agustín Bejerano, Ramón Bragaña,
Angel Castro, Moisés “Moi” Camacho, Ramiro Cuevas, Ronaldo “Ronnie” Camacho,
Jesús “Chanquilón” Díaz, Manuel “Ciclón” Echeverría, Carlos Galina, Vinicio
García, Guillermo “Memo” Garibay, José
“Zacatillo” Guerrero, José Luis “Chile” Gómez, Miguel “Pilo” Gaspar, Rafael
García, Guillermo “Memo” Luna, Felipe “Clipper” Montemayor, Luis “Molinero”
Montes de Oca, Alfonso “La Tuza” Ramírez, Alfredo “Yaqui” Ríos, Daniel “La
Coyota” Ríos, Francisco “Panchillo” Ramírez, Claudio Solano, Lázaro Salazar,
Miguel Sotelo, Epitacio “La Mala” Torres, Benjamín “Papelero” Valenzuela,
Héctor “Chero” Mayer, Fermín “La Burbuja” Vázquez, Alfredo “Moscón” Jiménez,
Jesús “Cochihuila” Valenzuela; todos ellos se encuentran en el Palacio del
Béisbol de nuestro país.
Cómo olvidar tampoco el regimiento de peloteros cubanos que
engrandecieron el béisbol mexicano en la época dorada de los 40’s y 50’s;
pisaron los estadios de
Conviene destacar también la gran afluencia de talentos
norteamericanos que vieron en el béisbol de
Los Equipos Ideales
Alguien que conozca de la historia del béisbol en las
últimas 5 décadas, no dejará de reconocer que
Cátcher: Clinton Courtney; Primera base: Angel Castro;
Segunda Base: Barney Serrell; Tercera base: Benjamín “Papelero” Valenzuela,
Short Stop: José “Pepe “Bache”, Jardinero Izquierdo: Epitacio “
Si hemos de buscar las novenas más representativas de los
equipos en
VENADOS DE MAZATLÁN:
Cátcher: Clinton Courtney; Primera Base: Angel Castro;
Segunda base: Alfredo “Yaqui” Ríos, Tercera base: Nippy Jones; Short stop. Rubén
Amaro; Jardín Izquierdo: Ray Zonta, Jardinero Central: Epitacio “
TOMATEROS DE CULIACÁN:
Cátcher: Jim Steiner;
Primera Base: René González; Segunda Base: Gilberto “Gilillo” Villarreal;
Tercera Base: Milton Smith; Short Stop. Guillermo “Huevito” Alvarez; Jardín
Izquierdo: Alfredo “Moscón” Jiménez; Jardín Central: Arthur Pennington, Jardín Derecho: Jorge
“Chorejas” Bravo. LANZADORES: Alfonso “Tuza” Ramírez, Tomás Arroyo, Tomás
Herrera, Gene Bearden, Emil Patrick, Chuy Moreno, Hank Aguirre, Héctor “Pepino”
Azamar, Romeo Cadena y Alberto Calvillo. Reservistas: Jack Graham, Carlos
“Caliquín” Gómez, Salvador “Rata” Vargas, Hector Lara, José Ma. Castro, Blas
“Máscara” Guzmán, Henry Robinson. MANAGER: Manuel Arroyo.
NARANJEROS DE
HERMOSILLO:
Cátcher: Earl Averill, Primera Base: Virgilio Arteaga;
Segunda Base: Ernesto “Natas” García; Tercera Base: Leo Rodríguez; Short Stop:
José “Pepe” Bache; Jardinero Izquierdo: Claudio Solano; Jardinero Central:
Fermín “Burbuja” Vázquez; Jardinero Derecho: Joe Brovia. RESERVISTAS. Carlos
Colás, Alejandro “Cabezón” Uriarte, Ventura Morales, Curtis Roberts, Stu
Locklin, John Waters, Dick Grecco, Ray Garza, David García. LANZADORES: Manuel
Echeverría, Joe Valenzuela, Bob Lemon, Pete Meza, Jimmy Ochoa, Ronnie Smith,
Royce Lint, Don Nichols, Stan Pitula, Librado Ceceña. MANAGER: Hubbard
“Chutabaco” Kittle.
OSTIONEROS DE GUAYMAS:
Catcher: Johnny Ritchey; Primera Base: Manuel Magallón;
Segunda Base:Barney Serrell; Tercera Base: Luis “Texano” Castro; Short Stop:
Gilberto “Gilillo” Villarreal; Jardinero Izquierdo: Bill Wright; Jardinero
Central: Agustín Bejerano; Jardinero Derecho: Félix McLaurin; RESERVAS: Jesse
Douglas, Lonnie Sommers, Elmer Clow, “Bacatete” Fernández, Hector Leal, Rollie Hemsley, Laureano
Camacho.
LANZADORES: Julio Alfonso, Theolic Smith, Gilberto “Borrao”
Garza, Aurelio Espiricueta, Bill Wright,
Roy Partlow, Ramón Román, Amador “Bule” Guzmán, Bob Muncrieff, Ramón
Correa.
MANAGER: Juan Guerrero
YAQUIS DE CIUDAD OBREGÓN
Cátcher: Sam Hairstone; Primera Base: Buck Leonard, Segunda
Base: Moi Camacho; Tercera Base: Benjamín “Papelero” Valenzuela; Short Stop: Buddie Peterson; Jardinero
Izquierdo: Howard Easterlig; Jardinero Central: Jim Lemon; Jardinero derecho:
George Schmees; RESERVISTAS: Sam Hairstone, Ronnie Camacho; Gus Cisneros,
Charlie Lau, Eddie Escalante, Bill Curley. LANZADORES: Francisco “Panchillo”
Ramírez, Don Larsen, Benny Brown,
Dominic Zani, Jerry Cade, Jack Brewer, Octavio Bernal, Lucio Olivas y Al Rodríguez. MANAGER: Art
Lilly
MAYOS DE NAVOJOA:
Cátcher: Miguel “Pilo” Gaspar; Primera Base: Marvin
Williams; Segunda Base: Felipe “Burro” Hernández; Tercera Base: Bill Serena;
Short Stop: Héctor “Chero” Mayer; Jardinero Izquierdo: Ventura Morales;
Jardinero Central: Mario Ariosa; Jardinero Derecho: Darrell Herzog; LANZADORES:
John André, Jerry Cassale, Marcelino Solís, Bob Greenwood, Regino Vázquez, Al
Schroll, Harry Nicholas, Mike Rodríguez, Nico Genestas, “Indio” Peraza.
RESERVISTAS: Earl Taborn, Roberto Vea, Mario Arencibia, Mike Baxes, Alonso
Ceballos, José “Pasitos” Echeverría, “Colero” Arias, “Pegaduro” Rodríguez,
Albie Pearson, Neil Chrysley.
Manager: Baldomero “Melo” Almada
CAÑEROS DE LOS MOCHIS:
Cátcher: Guillermo “Bachichas”
Frayde; Primera Base: Pedro “Charrascas” Ramírez; Segunda Base: Vinicio García;
Tercera Base: Ronnie Plaza; Jardinero central: Jesús “Chanquilón” Díaz;
Jardinero Izquierdo: Lincoln Boyd; Jardinero Derecho: Leon Carmel
LANZADORES: Miguel Sotelo, Lázaro Salazar, Guillermo “Memo”
Luna, “Booker” McDaniels, John Wright, Bob Clear, Ted Thiem, Sonny Senerchia,
Ramiro Cuevas, Juan Conde, RESERVISTAS: “Diablo” Núñez, Federico
Bojórquez, Ricardo Garza, “Mosco” Reyes, Manuel Salvatierra, “Quelo” Cruz,
Celso Zendejas.
Manager: Lázaro Salazar
COMBINADO TIJUANA-GUADALAJARA:
Cátcher Hal Smith:
Primera Base: Dan Bankhead; Segunda Base: Lou Ortiz; Tercera Base: Joe Joshua; Short
Stop: Eduardo “Pecas” Serrano; Jardinero Izquierdo: Pete Hughes, Jardinero
Derecho: Ben Downs, Jardinero Central: Carlos Galina. LANZADORES: Jesús
“Cochihuila” Valenzuela, Al Olsen, John
Romonosky, Bob Burns, A. Garciglia, Vicente “Corazón” Torres, “Indian” Torres,
Mauro Contreras, “Bibí” Crespo. RESERVISTAS: Agustín López, Felipe Iturralde,
Santiago Ayala, Carlos “Tribilín” Cabrera, Armando Sánchez, Romualdo
“Changarro” Urías.
Manager: José Luis “Chile” Gómez.
Los Umpires
En el campo de juego también hay otros personajes que
participan y de qué manera en la calificación de las jugadas: los umpires. No
podíamos dejar de lado este apartado tan especial y a continuación presentamos
algunos nombres que ha sido posible recoger en el trayecto de investigación. En
posteriores ediciones podríamos abundar en un capítulo especial para estos
“hombres sufridos de azul” que en no pocas ocasiones arriesgaron su fisonomía
para servir de jurado en el movimiento de la pelota. Algunos nombres se dan a continuación:
Carlos Alberto González, Sr. Lazaga, Rodolfo “Chile” López,
Alcibiades Palma, Manuel “Zenona” Castro, Joaquín Cano, Guadalupe Leal, Mike
Ganakas, Jim Tobin, Francisco Alcaraz,
Sr. Corona, Juan García, “Chepe” Velarde, Jesús Pineda, Antonio Pineda, “Chori”
Ramírez, Tony Ahumada, Alfonso Díaz, Moreno Estrella, Sr. Soto, Mike Runyan.
Una Reflexión Final
Una segunda fase después de la gran labor de Don Alfonso
Araujo Bojórquez con su libro de la Liga de la Costa del Pacífico era necesaria
para ampliar los detalles de este
fabuloso circuito. Si el lector ha podido consumir la lectura de estas páginas
estará de acuerdo conmigo en que
Pero todo lo que se diga para tratar de enaltecer las
hazañas deportivas de estos excelentes peloteros debe ser igualmente expresado
para aquel ejército de personas de saco y camisa blanca, aquellos valientes
ciudadanos de cada una de las plazas que sufrieron lo indecible para sostener
este espectáculo, plazas que en su gran mayoría el éxito financiero y deportivo
pocas veces estuvo presente.
Hermosillo se retiró dos años, Mochis jugó media temporada
en 1952-1953 y se retiró dos años, Guadalajara estuvo presente solo tres años,
Tijuana solo pudo sostenerse un año, Mazatlán se retiró un año, Guaymas se
retiró cuatro años y en los últimos dos se unió a los Mayos de Navojoa de
coinversionista. Solo Culiacán se mantuvo firme durante los 13 capítulos de
esta historia; los Yaquis también
acumularon una racha de 9 años hasta que se retiraron junto con Hermosillo en
la última edición anunciando prácticamente el colapso final; las interrupciones
dan idea de lo problemático que fue el sostener una novena en esta poderosa
Liga de
Deliberadamente el autor ha dejado para el final la
recopilación de los nombres de esos directivos, inversionistas, gente ligada al
capital y a la administración que se preocupó por integrar una novena de
calidad invirtiendo su tiempo y en no pocas ocasiones con fuertes erogaciones
para integrarse junto con el campesino, el obrero, el taxista, el empleado, las
amas de casa, los jóvenes, ancianos y niños que soñaban con que su ciudad
tuviera al equipo campeón, ilusionándose con el ídolo que podía enviar las
carreras al plato o sacar los tres últimos outs de una victoria.
Demos paso a estos caballeros que iniciaron guiados por el
emprendedor mayor, Don Teodoro Mariscal, que desde antes de 1945 contagió a
otros personajes con el sueño de tener un circuito profesional de béisbol en el
noroeste de México; para Don Teodoro el más grande de todos los
reconocimientos, por supuesto.
POR
Don Teodoro Mariscal, Constantino Haza, Rogelio Rodríguez,
Antonio Galaz, Rubén González, Don Alfonso Robinson Bours,
ANOTADORES: Rafael Reyes (Kid Alto), Enrique Félix, Rodolfo
Preciado, Manuel Alberto Yépiz, Jorge Nieblas, Pedro Delgadillo, Francisco
Rodríguez.
POR LAS NOVENAS PARTICIPANTES:
CULIACÁN: Enrique Peña Bátiz, Alfonso Zaragoza, Manuel
Félix,
GUAYMAS: Florencio Zaragoza, Hilario Téllez, Gabriel Milhe,
Ramón Santoyo Jr,
HERMOSILLO: Juan Chávez Echegoyen, Fernando M. Ortiz,
Ignacio Soto, Gustavo Mazón, A. Ceballos Ruiz de Esparza, José Buelna, Carlos
Labrada, Carlos Bianchi, Alberto Labrada, Prof.. Antonio Gámez, Matías Cázares,
Eduardo García Jr, Enrique Mazón, Luis Coppel.
OBREGÓN: Don Alfonso Robinson Bours, Gabriel Gallegos, José E.
Pérez, Srita. Bertha Camacho, José Rodríguez, Héctor Vega, Francisco Burgos,
Ricardo Manríquez,
MAZATLÁN: Jorge Coppel, Victor M. Patrón, Eugenio Eraña G,
Teodoro Mariscal
GUADALAJARA: Miguel Cintrón
LOS MOCHIS: Emilio Ibarra Almada, Canuto Ibarra
(Esta lista desafortunadamente está incompleta; el estudio
continuará mejorándose y ediciones posteriores ampliaremos los reconocimientos
en capítulo especial)
Béisbol para Siempre
Una palabra muy utilizada en la crónica para señalar a un
aficionado que no conoce del tema beisbolero, quien suele ser un gritón
inoportuno cuando ocasionalmente asiste al estadio quizás porque no tiene otra
opción donde pasar sus horas, recibe el nombre de “villamelón”. Los hay en
todas partes, en todos los deportes y en el béisbol tampoco faltan, aunque es
un cliente más que paga boleto y nadie le cierra la puerta si quiere entrar.
Pero hay otro tipo de aficionado; el que sufre el último out
en la victoria y la derrota, el que tiene la camiseta puesta del equipo de casa
y día a día consulta la sección de deportes de cualquier medio para contestarse
la pregunta ¿quién ganó anoche?. Para ese aficionado se hacen las ligas
profesionales de cualquier deporte; son quienes mantienen la llama viva del
juego; los que apoyan, los que aplauden, los que comprenden cuando se puede
ganar y cuando nó; esos aficionados también existieron en la época de
Al escribir la última temporada no pude menos que sentir
honda tristeza al leer la nota periodística del último juego del Naranjeros
antes de su deserción en aquel trágico diciembre de 1957, que textualmente
dice: “… el juego fue soso y lo
presenciaron unos 100 fanáticos”. Muy lejos quedó aquel octubre de 1945
cuando Mazatlán inauguraba
No se crea que el béisbol murió… que vá. Cambio de estilo
únicamente… esa pelota ya nadie la paraba. El aficionado conoció la magia del
Rey de los Deportes y no la iba a dejar escapar tan fácilmente. Después del
excelente experimento antecesor, el viernes 14 de noviembre de 1958 nació
La emoción también continuó en los parques de pelota.
Resultó que al término del calendario normal Naranjeros y Ostioneros quedaron
empatados con 22 ganados y 14 perdidos; las cosas se arreglaron planeando una
serie final en 5 juegos a ganar 3; Hermosillo recibe a Guaymas el día jueves 5
y viernes 6 de febrero de 1959 obteniendo sendas victorias el equipo
capitalino. El sábado gana Guaymas ya en el puerto y sorprendentemente el
domingo vence en los otros dos con los cuales obtiene el campeonato de forma
milagrosa; el parte periodístico dice: “
Generaciones nuevas toman asiento en los Estadios, mientras
que aquellos pioneros de
Los que aún nos acompañan, esos testigos de la época de oro
que hemos querido estudiar y relatar, guardan celosos en el desván de los
recuerdos esos momentos de gloria únicos; son aficionados antiguos que de tarde
en tarde evocan recuerdos con melancolía, esa misteriosa cuerda que conecta el
presente con el pasado a la velocidad sorprendente de la luz, que saca del
encierro el nombre de un jugador, aquella victoria brillante, aquel dato
curioso que provoca la risa; aquel momento especial en la grada cuando
inevitablemente el nombre de un compadre ausente brota fuerte en el recuerdo,
que cierra la garganta, que moja los ojos en un de repente.
Para esos actores que laboraron en el diamante y en el
escritorio, para esos aficionados sinceros que tuvieron al béisbol en alta
estima y sacrificaron sus dineros para ver la blanca pelota rodar sobre los
primeros pastos iluminados de un estadio, he puesto todo mi empeño a fin de
lograr una obra que intentara un acercamiento detallado a ese lejano béisbol de
los 40’s y 50’s; el de los guantes pequeños y amplias franelas; el de la garra
y la pasión en victorias fantásticas de muchos innings; cuando el héroe
intentaba todo por un out en el tiempo justo, por el hit en el momento
perfecto; cuando el ídolo en bombachos aceptaba ser paseado en hombros por el
humilde aficionado que intentaba agradecer de algún modo la felicidad de una
victoria de último momento… de una hazaña incomparable.
Aquel Juego del
Recuerdo
El día viernes 30 de septiembre de 1965 se organizó un
encuentro de jugadores de
Tomando Nota aparece Don Angel Encinas
Blanco, Autor del Libro: “El Béisbol en Hermosillo”
Un Reconocimiento
Final
La historia de la Liga de la Costa ha sido fascinante de
principio a fin y cada una de las 13 temporadas tiene momentos de brillantez
únicos que incrementan nuestra admiración por este circuito; una organización
que tuvo a Don Teodoro Mariscal como el primer emprendedor que supo contagiar
su sueño, que supo compartir la ilusión de disfrutar la grandeza del Rey de los
Deportes demostrando que era factible construir una Liga Profesional y
compartirla entre los Estados del noroeste de México. No podemos dejar de lado
en este mismo párrafo, resaltar también la figura de Don Alfonso Robinson Bours,
quien durante buena parte de la existencia de la Liga de la Costa caminó de aquí
para allá con el fin de que el béisbol continuara, a pesar de los sinsabores
que provocan las malas opiniones que en todas partes siempre están presentes. En
una intervención a raíz del problema suscitado en Culiacán destacó: “… la
cosa es que nos han hecho en creer que esto es posible… nos han hecho ir a las
Ligas Mayores… hemos traído aquí los peloteros de allá… quiere decir que ahora
vamos a declarar que resulta que todo el mundo aquí se raja… no creo que los de
Culiacán sean rajones …. Así es que deben de seguir adelante… Lo que están
diciendo es que se acabe esto y no creo yo que deba acabarse…”. Los
aplausos a Don Alfonso no se hicieron esperar.
Una Deuda de Gratitud
Por esos caprichos del destino, podríamos considerar que ha
quedado pendiente saldar una deuda de gratitud con los actores de aquel béisbol
que colapsó en un ambiente de
frustración y desánimo medio siglo atrás. Nunca será tarde para aquilatar el
trabajo de administrativos, jugadores y público en general que atendieron al “Llamado
del Diamante” con dedicación y esfuerzo; después de revisar este documento,
nadie negará que esta primera generación de aficionados y obreros del Béisbol
tienen suficientes merecimientos para otorgarles un reconocimiento del más alto
valor, precisamente en el nivel exacto que permite a los hombres hacerse
acreedores al privilegio de ser recordados para siempre.
¡Que Viva la Liga de la Costa!
Desfile en la Ceremonia de Inauguración de la Liga de la
Costa en Culiacán, Sinaloa. Al centro aparecen el Sr. Manuel Félix (Izquierda),
Sr. Saúl Aguilar (Representante del Gobierno del Estado de Sinaloa) y a la
derecha Don Teodoro Mariscal, escoltados por los jugadores de Culiacán y
Guaymas aquel sábado 22 de Octubre de 1949.
FIN